27/6/18

EL OTRO MUNDIAL

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 27/06/2018. Contraportada.

Cualquiera de los partidos del mundial nos muestra una realidad humana mucho más rica de lo que son los estereotipos que manejamos sobre los países. Gentes de apellidos y aspectos heterogéneos se alinean bajo banderas diferentes para satisfacción del fútbol y aficiones. El mundo de las nacionalidades no es —si es que alguna vez lo fue— monocolor. Salvo en las huecas cabezas de la extrema derecha, claro.
Cuando el tema de la inmigración irrumpe, casi nunca lo hace como un debate sereno. En general, el asunto se presenta como amenaza, lleno de sombras, apelando a emociones casi siempre vergonzantes que, dicen, tienen que ver con la identidad, la tradición o la religión. Pero, la emigración, ¿es realmente mala? Para algunos, según vengan dadas..., como cuando en el fragor de la reciente crisis la entonces ministra Báñez animaba a los jóvenes españoles a irse a otros países para trabajar y reducir la tasa de desempleo, desdramatizando la decisión como una suerte de turismo: “movilidad exterior”, lo llamó. Pero cuando somos nosotros país de recepción, enseguida aparecen jeremías que identifican migración con delincuencia, inseguridad, conflicto…
España es un país sumamente envejecido. La tasa de nacimientos ha caído en picado. La mayor parte de las provincias españolas han perdido población, Burgos un 0,4% en el último año (1497 habitantes menos). Esto es, mueren más personas de las que nacen, mientras sostenemos un amplio conjunto de longevos ancianos, necesitados de atenciones y cuidados.
Tenemos, además, graves problemas de despoblación rural y, laboralmente necesitamos mano de obra para sectores que no la cubren con autóctonos. Pero no es únicamente una cuestión de parchear con los de fuera. Los grandes estudios sobre emigración hechos para Estados Unidos y Europa demuestran que los migrantes crean riqueza, generan dinamismo y expectativas económicas —aumenta la recaudación fiscal, el consumo, el emprendimiento, etc.—, es decir, impulsan la sociedad.
Es hora ya de abandonar los discursos embrutecedores que presentan a la emigración como una amenaza a nuestra forma de vida y seguridad, los datos corroboran justamente lo contrario. Desde luego, hará falta planificación y buenas políticas, pero hagámoslo reconociendo el tipo de sociedad que ya somos y hemos de ser. A nuestros jóvenes los preparamos para un mundo globalizado e intercultural, diverso. Aceptemos que ese es el futuro de todos. Y que es mucho mejor.



13/6/18

ÉTICA A BORDO

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 13/06/2018. Contraportada.

La crisis del buque Aquarius deja en evidencia la miseria moral colectiva y particular que nos rodea. No se trata de las indignantes declaraciones del infame ministro del interior italiano, son también las de quienes advierten del “efecto llamada” de la acogida de estas 629 personas, como está haciendo el PP nacional, partido democratacristiano que acusa al gobierno de utilizar esta crisis “con fines propagandísticos”. ¡Qué asco!
No cabe duda de que para los defenestrados del gobierno, cualquier estrategia es válida para tratar de desacreditar la oleada de ilusión despertada por el ejecutivo de Sánchez, como muestran los vuelcos de las encuestas electorales. Sin embargo, el error del PP se acrecienta. Tratar de mezclar la bazofia y mentiras cocinadas en Génova para contrarrestar y degradar la emoción ciudadana —que si el gobierno es ilegítimo, o Frankenstein, o cualquier otra necedad— con política humanitaria es algo tan degradante y manipulador como lo que hace el ministro de extrema derecha italiano, Matteo Salvini.
El inusitado éxito de la moción de censura y el consiguiente cambio de gobierno proceden del hartazgo ante ese pretendido todo vale que ha regido la acción del partido popular. Surge de la necesidad de decir ¡basta ya! a la corrupción y su blanqueamiento, a la falta de compromisos éticos y al abandono de los ciudadanos en condiciones cada vez más precarias.
Es absurdo pensar que el presidente Sánchez quiere hacer propaganda con la crisis del Aquarius. Lo que al parecer busca es hacer política, la que demanda la población española que en su momento inundó los ayuntamientos y balcones con aquel Welcome Refugees.
Estamos ante la resaca moral de una crisis económica que con su oleada de conservadurismo y populismo de derechas han desarbolado parte del sentido ético colectivo. ¿Qué entendemos hoy por ser europeo? ¿Qué valores representan a nuestras sociedades? Item más, ¿qué entendemos por ser personas?
629 desgraciados que huyen de una miseria insufrible, de una brutal violencia y de la explotación más ignominiosa solo pueden merecer nuestra solidaridad y apoyo. Volvamos a ser una sociedad que se atreve a mirarse al espejo, que se respeta porque ejerce y defiende derechos.  Y, confío, capaz de mostrarse tan coherente como para quitar las inhumanas concertinas de Ceuta y Melilla.