DIARIO DE BURGOS, 21/01/2020. Contraportada.
El salón es
oscuro. Alzapaños con borlas doradas recogen los cortinajes espesos que, entre
visillos, detienen la atmósfera. En el centro, coronado por una lamparilla de
latón dorado, un óleo muestra al abuelo —mentón rotundo, soberbio, ojos
desvaídamente azules—, con guerrera, correaje y medalla de la campaña, pasador
verde. Frente al retrato, el viejo sofá de piel luce funda de lazos desbocados,
profusión de almohadones estampados con cacerías inglesas. Junto al ventanal, la
vitrina exhibe figuras de Lladró, platos isabelinos y un Cristo de Plata en el
Gólgota. En el rincón, un mueble costurero acuna junto a su lámpara dos
butaquitas que parecen reclinatorios frente a una pasable copia de la
Inmaculada de Alonso Cano. La esquina opuesta es de un bargueño infuloso
transformado en mueble bar donde conviven el gran duque de Alba con el cardenal
Mendoza y el conde de los Andes. Al otro extremo, un armario librería de nogal vigila
libros del padre Luis Coloma, la colección Ancora y Delfín de Destino, los Episodios
nacionales y los veinticinco volúmenes del Summa Artis. Salvo por el detalle de
algunos tomos y etiquetas, lo mismo da que sea 1946, que 1979, 2001 ó 2020... El
águila sigue en la bandera.
Familias custodias
de tales santuarios perpetúan el sueño de plomiza gloria imperial y las
pesadillas con los de la FUE y la FAI, luego con los comunistas. Recuerdan a
los apuestos jóvenes de mahón, enzunchados, que defendían su honor de clase y
fe. Mantienen vivos los horrores del asesinato del tío claretiano, de la prima
monja carmelita, eternos en sus estampitas, y dan a leer a cada vástago que
llega a don Agustín de Foxá. Los domingos, entre torrijas de la Antigua
pastelería del Pozo, recorren en familia los agravios a España, la irrupción de
los izquierdistas, el fluir de los sarasas, de las desentrañadas feministas, la
invasión de moros, el asco de este Papa...
Viejunos y de
boutique a un tiempo, son linajes de club de tenis y paddle, de mucho bridge y
locuras mediterráneas. Su modernez es de alianzas y encastes. Y así llegan a
presidentas de comunidad autónoma o a alcaldes de la capital.
Ahora se
entiende de dónde sacan eso de comunistas, checas y fusilamientos...
Retrofuturistas, en fin.