28/12/23

TERNERA

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
28/12/2023 

   José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea vive en su propio universo-ficción de verdores atemporales, un país de bosques-txalapartas murmuradores de ensoñaciones románticas para las que ha adoptado la estrategia Grimm: si no son así, se hace que calcen así. Su mundo es tan verdadero como el de una princesa Disney. En cualquier caso, él ─y no solo él─ vive en una realidad aparte, impermeable al pensamiento crítico: la de los fanáticos nacionalistas.

La película-entrevista de Évole es un documento de primer orden por lo que cuenta, por cómo lo hace, por la paulatina transformación del etarra ante la cámara, por el crecimiento casi apocado de un relato de dignidades ─las de las víctimas─ que acaba siendo poderoso, mientras la figura de quien buscaba reivindicarse de manera heroica cae finalmente hecha añicos.

Que Urrutikoetxea haya concedido esta entrevista, supone un punto de ingenuidad y varios más de soberbia; sobre todo, de desconexión con la realidad. El vizcaíno cree tener una verdad refulgente, y que va a marcar él el tono y ritmo de la entrevista (¡!). Pronto se percibe su disgusto, aquello no se ajusta a lo que esperaba. En su mundo-burbuja, él es un ser mitológico, un híbrido entre gudari y Prometeo… Poco a poco, se van desvelando las costuras y remiendos. No es tonto, pero tampoco brillante. Es un hombre (fanático) superado por el tiempo. Un resto. A lo sumo, un rescoldo. La conversación entre él y Évole rara vez está plenamente conectada. Lo suyo es la dialéctica, es un marxista-leninista de 1970 hablando con un periodista del siglo XXI. La disciplina de su lenguaje es la de su pensamiento: repleto de límites, de fraseología, catecismo, vacíos…  Poco a poco surgen profundas incomodidades, incoherencias graves que Ternera parece no concebir, pero que brotan de sus propias palabras, como cuando se le plantea el conflicto comparativo entre los terrorismos. Matar no está bien, dice, pero es menos malo hacerlo por Euskalerría que por el Islam...

Antes de metamorfosear sus deseos en frustraciones, Urrutikoetxea explica solícito sus humildes orígenes. Viene del campo, lo que es tanto una credencial de pureza, como de cerrazón espiritual ─así lo declara─. Creer a machamartillo, creer por tradición, creer sin fisuras. Lo explica para justificar su tiempo de catolicismo: procede de un mundo muy conservador, donde la creencia se impone. Luego querrá presentarse como carbonario, pero ya nos ha dejado claro que lo suyo no pasa de carbonero fideísta. Su lucha, en el fondo, también tiene algo de rechazo de sí: la fórmula Joseba no oculta qué implicaba ser llamado José Antonio en 1950. Así, entre silencios e impostaciones, se entrevé la rebelión adolescente a la vieja autoridad, el abrazo al marxismo como vía de liberación primero personal, luego del sueño colectivo. Inevitablemente, aunque tampoco se diga, aquello tiene algo de época: sustituir la tradición por un politburó.

Don Julio Caro Baroja explicaba que Euskadi era un término filológicamente mal construido por Sabino Arana. Este, que quería referirse a la tierra de los euskaros, acabó acuñando algo así como la huerta de aquellos. Urrutikoetxea también traslada esa mala construcción, la contradicción absoluta de mezclar un mensaje de liberación proletaria de fundamento internacionalista con el esencialismo aranista que hacía al vasco un nuevo buen salvaje carne de un etnonacionalismo particularista ─mejor digamos racista: la pretendida pureza étnica euskara─. Esa construcción, que también es una aberración, da pie a una concepción albanesa, marciana, deshumanizada.

Uno de los grandes efectos de esta cinta es la desarticulación del mito posible. Es doblemente oportuna no solo por el tiempo transcurrido desde la rendición y desaparición de ETA, sino porque los procesos de distanciamiento tienden a la nostalgia y exaltación. En el País Vasco es tan necesario pasar página mientras se abrazan los mecanismos democráticos ─la evolución, con sus conflictos, que muestra EH Bildu─, como dejar algunas cosas bien asentadas sobre el pasado reciente: la dictadura totalitaria que supuso el terrorismo etarra renovó la deshumanización del maketo, construyó una cosificación del no-vasco sumando a la vieja mixtura de racismo y clasismo la política “de liberación nacional”. El fanatismo acabó también con el apartamiento del que era percibido como tibio apocalíptico: aquel que no abrazaba los postulados etarras, o no pagaba el impuesto revolucionario, aquel que reclamaba su libertad, no ser artalde, rebaño.

La larga y sangrienta existencia de ETA también fue una crisis de pensamiento y ética ─de ida y vuelta, de ellos y de la lucha contra ellos─. También Adorno, Horkheimer y Benjamin son aplicables a ETA y su entorno. En la película, hay destellos de inseguridad en Urrutikoetxea ante algunas de las cuestiones que Jordi Évole le reclama, pero aquél no cede, no se lo concede a sí mismo, y menos al espectador: no puede aceptar el sinsentido de su lucha, la maldad protagonizada, no entiende el dolor creado, no asume el absoluto vaciado ético que supuso la violencia etarra, la imposición del terror en su propia sociedad y no solo entre los enemigos de su Euskalerría. Otra vez: es un believer, un fanático, un sujeto que se quiere marmóreo porque así se lo reclaman los suyos. Y así, los momentos de conversación sobre Yoyes se vuelven impagables…

El documental evita el trazo grueso. Muestra al etarra con su pretensión de dignidad, vestido con una americana azul y camisa blanca como si se tratara de un conferenciante o un escritor que viene a presentar su último libro. Évole no ignora el conflicto de la propuesta, la demanda de los exaltados del otro lado que quisieran un espectáculo de circo antiguo: la caseta de la fiera enjaulada a la que poder martirizar con palos y alaridos. Una vez más, los fanatismos arrastran la razón y la oportunidad. La inteligencia del periodista contrasta con la cortedad de aquellos que se han opuesto incomprensiblemente a la exhibición de la película en el festival de San Sebastián. Una vuelta más al juego manipulador de las cosas desde el favorecimiento de la ignorancia y las trincheras inútiles, particularmente entre quienes se niegan a reconocer la desaparición de ETA por pura conveniencia política. Asumido el peaje al ultramontanismo, resulta desolador ver entre los firmantes del manifiesto que, según ellos, denuncia que la cinta contribuye al blanqueamiento de ETA, a Fernando Aramburu. Inexplicable. A todas luces, un peaje político-editorial, que es lo que, al parecer, tiene vender el alma por un gran contrato. Todo un borrón a quien enarboló con tanta lucidez la bandera de la dignidad y la ética con Patria. Esto también es realidad.

Sin embargo, el monstruo, a pesar de la chaqueta, está. Su desvelamiento es lento, no procaz. Hasta él lo nota. Aquello no es lo que Urrutikoetxea quería ─no en vano, habrá contestación a este documental con otro de la parroquia para un imposible contrarresto, lo que no puede ser ya─. Ni Urrutikoetxea consigue desembarazarse de Josu Ternera, ni construir nada propio que le dignifique. Su país de Jauja no emerge, solo lo hace el horror, la intolerancia, la incoherencia, la crueldad, el fanatismo.

La película, en definitiva, es una inteligente llamada a la concordia, a evitar otro cierre en falso del pasado, a evitar no llamar las cosas por su nombre. No hay blanqueamiento, solo restaura a las víctimas, tan maltratadas, tan manipuladas. Quienes se opusieron a la cinta sin haberla visto han aplicado la misma intransigencia que No me llame Ternera viene a combatir. Ellos mismos se han autorretratado como una clerigalla histriónica. Pretenden ser una conciencia moral, pero lo que son es otro lastre para las víctimas y para toda la sociedad.

   El camino de la paz nunca es el olvido o el silencio. El reconocimiento de la dignidad de las víctimas y de la sinrazón de la violencia es lento, doloroso. La reparación también requiere mucha escucha, la logoterapia de Frankl. La conversación entre Évole y Urrutikoetxea ayuda a ver cómo sacar del aislamiento el fundamentalismo, enfrentarlo a verdaderos postulados éticos, hace emerger la dignidad humana negada.  La importancia de hablar y escuchar, de dolerse privada y públicamente por tanta militancia sacrificadora, tener el valor de llamar a las cosas por su nombre, de oírlas decir..., ayuda a entender que los nacionalismos, las ideologías excluyentes, por más razones que les apliquemos, son siempre una peste. Y que los sueños de tal razón… 




26/12/23

BUENAS COSTUMBRES

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 26/12/2023. Página 5. 

Siempre me han sorprendido los furibundos rechazos de quienes dicen defender la tradición ante un cambio en el calendario, la llegada de una fiesta nueva, la irrupción de una nueva costumbre. La humanidad, las culturas, cambian constantemente, se copian, innovan, incorporan y abandonan costumbres. En cuanto aparece el fantasma de la identidad, la armamos con sus trampas sobre el ser y el representarse. La felicidad es otra cosa y, generalmente, tiene más que ver con la apertura, el cambio, la tolerancia a lo nuevo que con el mantenimiento férreo de lo viejo.

Un clásico es la celebración del Halloween moderno ─disfraces, dulces y espíritu festivo─ frente a Los fieles difuntos, en España con un cariz serio, de rememoración, pero también de reunión familiar. La verdad que nunca he entendido por qué hay que escoger, por qué no sumar, por qué privar a los niños de una fiesta carnavalesca. No entro a la cuestión paradójica de haber sido el cristianismo el conquistador de las fiestas paganas que eran la base del Halloween. Los mexicanos lo han resuelto eficazmente con su fiesta de los muertos, donde conjugan celebraciones, con el recuerdo y la visita a los difuntos disfrazados de Catrina.

Otro foco de absurdez es la cuestión Papá Noel frente a los Reyes Magos, dos tradiciones de semejante antigüedad. Papá Noel, San Nicolás o Santa Claus responde al mismo espíritu cristiano de regalar a los pequeños que la de los Reyes Magos; por cierto, Magos que constituyen la gran reliquia de la catedral de Colonia. Contraponer una fecha frente a la otra como una cuestión de autenticidad versus modernismo caduco supone una venda irracional, un enfrentamiento innecesario en nuestro mundo de felicidad a través del gasto. Mis abuelos, y antes sus padres, ya traían a Noel todas las nochebuenas. Recibíamos unos pocos juguetes, a veces menores, y la Navidad discurría mucho más feliz hasta su esperado final.

Algo de esto hay en los discursos de Navidad. Yerra el Rey atándose a la literalidad de la Constitución sirviendo para que los tergiversadores de la misma piensen que les está dando la razón. Mejor hubiera tirado por los valores de la paz, del cese de la violencia, como hizo el Papa acordándose de Gaza, lo que le habría venido muy bien para reflexionar al energúmeno de Ortega Smith.

Cuando oigan proclamar el valor de la tradición, desconfíen, algo les están robando. 



12/12/23

LA ULTRADERECHA JEHOVÁ

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 12/12/2022. Página 5.  

El esperpento diario de rezadores frente a la sede del PSOE es perfecta muestra de la confusión de nuestros tiempos y, particularmente, del impulso antidemocrático de la ultraderecha católica. Recuperando estrategias de finales del siglo XIX ─la santa intolerancia─, sectores ultras de la Iglesia prorrumpen lemas franquistas con Cristo Rey y la Virgen como grandes protagonistas nacionalcatólicos, para promover la desobediencia y la aberración del Gobierno legítimo de los españoles. Ya se sabe, Dios lo quiere, como en las cruzadas.

Son una minoría, seguramente, pero la relación Iglesia-Ultramontanismo es una vieja constatación histórica. No ha tanto lucharon contra el liberalismo progresista decimonónico, apoyaron el absolutismo carlista, se fajaron contra las culturas obreras y abrazaron la sublevación y dictadura franquista. La ultraderecha española actual es un fruto madurado en los movimientos provida católicos y en ciertas asociaciones de víctimas, todos muy muy próximos al PP. De hecho, Vox debe su existencia a estos grupúsculos exaltados, y es entre los monjes-soldados donde encuentra su mejor caladero de tecnócratas.

Hay un común denominador a todas las ultraderechas internacionales: su autorreconocimiento como fundamentalistas religiosos de base bíblica. Se acabaron las viejas guerras de credos en Occidente, hoy están a partir un piñón los ultras católicos con los ultras calvinistas, baptistas, pentecostalistas, presbiterianos, adventistas, mormones, ortodoxos…, y judíos. La financiación llega de Hungría, Rusia, Estados Unidos, México, Brasil, Australia, Israel… El dinero se mueve de un sitio a otro a través de fundaciones dedicadas a la familia o a la nación ─porque Dios piensa en nacional─, coaligando movimientos y políticas. A nadie le sorprende ya que grupos con clara connivencia neonazi, otros con inmediatos e históricos pasados antisemitas sean los mejores apoyos internacionales con los que cuenta el genocida Netanyahu. Es el Biblical Effect, pues al fin y a la postre, comparten la literalidad bíblica y, salvo para el caso de la industria armamentística, promueven el enfrentamiento entre la fe y la ciencia ─a favor de la primera, claro─.

Estos iluminados belicosos conciben la nación como único espacio político para los elegidos, lo que abre inmensas posibilidades para excluir a los que piensan diferente, a los ateos, izquierdistas, a los desviados, minorías étnicas, migrantes, pobres… A los palestinos.

No son buena gente rezando el rosario, se autoconciben guerreros en santa cruzada. Su propósito es acabar con la democracia, y ahí vamos todos. Abascal ya habla de linchamientos.



28/11/23

EL (BUEN) MURO

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 28/11/2023. Página 5. 

Cree mucha gente que hay ciclos políticos espontáneos, momentos en los que ciertas tendencias políticas cobran nuevos auges, como si fueran inevitables fases lunares. Estas olas se relacionan con figuras conocidas que acaudillan los cambios, y que pasan a la historia popular como ejemplo de visionarios o, si se prefiere, restauradores de un pasado más feliz. Sin embargo, cuando se repasa la historia, pocos de estos caudillos resisten el paso del tiempo. La única prueba real de su supuesta valía debería ser la de la sociedad que dejaron: más equilibrada, menos empobrecida, más segura, más feliz. Los datos suelen decir lo contrario.

A los nacidos en el mundo occidental contemporáneo nos cuesta aprender que la vida está llena de injusticias e inseguridades, de retrocesos. La idea de que el cambio era progresivo, que las condiciones de vida mejoraban permanentemente, cayó hace tiempo. La inseguridad y la desesperanza, el empobrecimiento, la falta de expectativas golpean de manera indiscriminada, pero a unos les dan más duro que a otros. Y esa es la verdad de los visionarios: prometen cielos a los que solo acceden unos pocos, depauperando a los más.

 Ahora quieren convencernos de que ha llegado un tiempo nuevo, el de la ola ultra. No hay que resistirse, hay que aceptarlo: toca el desmantelamiento de las políticas públicas, que son cosa antigua; el fin del gasto social, que es un dispendio; la aceptación del clasismo y del valor del esfuerzo personal ─el que puede, vale─; el fin de tanto Estado acaparador de impuestos; el de la identidad tribal y cavernícola.

La ola parece tener algo cierto: demasiados poderosos la impulsan, así que se vuelve cierta, alcanza todas las latitudes ─y engrosa las cuentas de sus eficaces emprendedores─. Empiezan con la desvirtuación del modelo, la crítica contra los derechos de los más débiles, la innecesaria presencia del Estado en la vida moral de los ciudadanos. Y, de la mano ultra, nos hacen creer que Miami está en Burgos, Valladolid, Madrid… Para el ciudadano, la misma seguridad que un mono con un kalashnikov.

Del reciente discurso de investidura de Pedro Sánchez se han glosado muchas partes y asuntos, yo me quedo con que el Gobierno de España será un muro contra la ultraderecha, contra la pérdida de derechos, sus desigualdades e injusticias. De momento, con lo de Israel, está cumpliendo.





14/11/23

1º de Democracia

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 14/11/2023. Pág. 5. 
 

A la vista de cómo se está comportando una parte de la ciudadanía, jaleada por partidos irresponsables y desleales con nuestro sistema constitucional, parece necesario dejar claras algunas cuestiones básicas.

En España, se alcanza el nombramiento como Presidente del Gobierno cuando la mayoría absoluta del Parlamento, esto es, al menos 176 votos del Congreso de los Diputados, otorga la confianza al candidato (artículo 99.3 de la Constitución Española, y art. 171.5 del Reglamento del Congreso de los Diputados), debiendo entonces el Rey proceder al nombramiento. Así se accede en nuestro país a la primera magistratura democrática. Y de ninguna otra forma. Es decir, quien “otorga la confianza” para convertirse en Presidente del Gobierno es el Parlamento. Nadie más.

Insistamos con las peras y manzanas, o lo que es lo mismo, en cuestiones de 1º de Democracia: los parlamentarios, concretamente, los diputados, eligen al Presidente porque “representan al pueblo español” (art. 66 de la Constitución Española). Los parlamentarios son “elegidos por sufragio universal” (art. 68 de la Constitución Española) en las elecciones generales (23 de julio pasado). Al candidato lo propone el Rey “previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso” (art. 99.1 de la Constitución Española). El Congreso de los Diputados vota al candidato designado y así es como se elige Presidente del Gobierno. Ni más ni menos.

A lo largo de nuestro casi medio siglo de democracia recuperada, ha habido Presidentes que no han logrado en primera votación esa mayoría absoluta necesaria, obteniéndola en segunda por mayoría simple (más votos positivos que negativos). Calvo Sotelo, en 1981, obtuvo 169 votos; González, en 1989, consiguió 167; Rodríguez Zapatero obtuvo 169 en 2008; y Rajoy, en 2016, recibió 170. Pues bien, Pedro Sánchez se convertirá en el octavo Presidente de España con 179 votos del Congreso. Tres por encima de la mayoría absoluta.

Seguimos con 1º de Democracia: quienes tachan de ilegítimo el próximo Gobierno se están declarando antidemócratas y anticonstitucionales. Ni más ni menos.

Cuando en unos años los historiadores escriban sobre este periodo y traten de explicar la reacción injustificada de la derecha parlamentaria, judicial, mediática y popular hablarán de su irresponsabilidad, de deslealtad institucional, de manipulación de la población, de histeria gratuita y espíritu golpista. Ni más ni menos.

Respétese el Parlamento. Respétese la Constitución. Con la Democracia no se juega.




 

31/10/23

EL ATENEO ESPAÑOL

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 31/10/2023. Página 5.  

Visitar el Ateneo Español de México remueve la conciencia de uno. El edificio, en su sede actual de la calle Hamburgo, 6, acoge al visitante con la hermosura floreada de su patio de casona mexicana. Una escalinata, que tiene algo de ascensión a la memoria y a la dignidad, acaba ante un imponente don Antonio Machado, quien recibe con expresión bonancible desde el cuadro de Cristóbal Ruiz.

El Ateneo es la memoria viva del exilio español en la capital azteca. Fundado en 1949 como espacio de encuentro y cultura, por sus salones pasaron la flor y nata de la intelectualidad española que partió al destierro con el fin de la Guerra Civil. Muchos procedían de los grandes cambios y avances educativos protagonizados por la Institución Libre de Enseñanza a través de su Instituto-Escuela o de la Junta para Ampliación de Estudios. De aquellas iniciativas y centros emergió, como pocas veces en la historia de España, el talento, el conocimiento y la creatividad, alcanzando así la ciencia española un lugar de igualdad entre las principales naciones de los años 20 y 30. La labor de la ILE se continuó exitosamente en México a través de la fundación del Colegio Madrid (1941) y el Instituto Luis Vives (1939).

El vaciado de España, sumergida en profundas tinieblas científicas y académicas a partir de 1939, fue la riqueza de otros. La solidaridad mostrada por el presidente Lázaro Cárdenas, por el país entero, permitió que más de 28.000 españoles se exiliaran en México. Historiadores, ingenieros, filólogos, arquitectos, educadores, pintores, filósofos, cineastas, juristas, escritores, médicos, diseñadores, poetas, antropólogos, farmacéuticos, arqueólogos, entomólogos…, lo mejor de la ciencia española significó la renovación de las principales instituciones académicas novohispanas, principalmente de la Universidad Nacional Autónoma de México, y la incorporación de nuevas como la Casa de España en México, luego Colegio de México, el más importante centro de postgrado e investigación del país.

El Ateneo Español es uno de los grandes centros de cultura de la Ciudad de México y el más importante de la memoria de España. La infatigable labor desarrollada en salones que se hermosean con los nombres de Luis Cernuda o León Felipe, es impagable, como lo es recorrer su valioso Archivo histórico o la fascinante Biblioteca del exilio. En los espacios del Ateneo sigue latiendo España con hondura y sentido histórico, su memoria entera. Para muchos, lo mejor de España.



17/10/23

OJO AL REVISIONISMO

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS. 17/10/2023. Página 5. 

Este fin de semana se produjo un hecho poco habitual que devuelve la esperanza a muchos lectores de prensa y a los amantes de la historia. El País, a través de la Defensora del lector, rectificaba el contenido y valoraciones de una entrevista hecha a José Ángel Mañas sobre su última novela, “Berenguela”. En la susodicha pieza, el periodista describía a Mañas como historiador, dando valor de historia a su ficción y a las declaraciones hechas durante la entrevista. Mañas reconocía estar imbuido de un cierto ardor histórico a raíz de los hechos catalanes de 2017. La contemplación de tanta bandera española en Madrid “[l]e dio un gripazo identitario tremendo”, afirmaba. Y se arrancó con la novela histórica.

El escritor defendió férreamente la idea de Reconquista ─término más denostado que discutido en la historiografía─, o que Covadonga es el origen de la nación española, auténtica barbaridad aplicada a una batalla de dudosa historicidad y más aún a los supuestos valores implícitos.

Acreditados medievalistas, estos historiadores, se dirigieron al periódico para protestar por tales afirmaciones, así como que se hubiera calificado al fabulador de historiador. Examinadas las explicaciones y argumentos, el periódico publicó la mentada rectificación.

Por más que algunos lo piensen, los historiadores no están para crear o sostener la nación, para eso se bastan solos los nacionalistas, que, como bien dijo Ernest Gellner, son los que hacen a las naciones y no al revés. En los últimos años, la derecha ultra se ha embarcado en un proyecto de revisionismo histórico de la mano de personajes atrabiliarios, de escasa o nula credibilidad profesional, pero que cuenta con el apoyo de grandes grupos mediáticos. Desde una óptica mercantil, podríamos pensar que estas pseudohistorias buscan explotar que hay mucho nostálgico del franquismo al que le encanta que le enardezcan con imperios, leyendas negras y colonialismos que-fueron-pero-no-existieron. Pero la cosa no es así de simple. El revisionismo histórico es un asunto grave: una estrategia de penetración cultural de la ultraderecha con el objetivo de ocultar y manipular la realidad a través de la tergiversación de la historia. Buscan controlar el pasado para hacerse con los mandos del presente.

La rectificación de El País es de suma importancia para tomar conciencia de los riesgos y reducir nuestra ingenuidad. La Historia es cosa de historiadores, no de charlatanes. Ojo al parche.

 

3/10/23

LA IRA ESTÉRIL

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 03/10/2023. Página 5. 

Son estos días convulsos, llenos de ordinariez y matonismo, de pensamiento débil, de relativismo estéril, de provocaciones hueras, de insultos. Tiempos de hez y macarras. De legión de imbéciles.

Hay una evidente desafección de los valores en otro tiempo compartidos: los democráticos, los de respeto y corresponsabilidad social. No es casual. Se busca degradar, generar enfrentamientos, confrontar grupos, edades, clases… La economía, que no es nada, que son los ricos, los super ricos, ha visto que la expansión de recursos y nichos no es infinita, que para ganar más hay que centrarse en la vieja fórmula: quedárselo todo.

Siglos de hambres, explotación, enfermedades…, de luchas para conquistar el valor de cada vida humana, la igualdad entre hombres y mujeres, la importancia del pensamiento libre, la libertad de prensa, la salud social y la del planeta, para toparnos en cada esquina con energúmenos que reniegan de todo, de cada palabra, de cada pensamiento, de cada logro.

De la mano de la tecnología, los fondos de inversión y las grandes corporaciones, irrumpen sujetos de nulo fuste intelectual, sin preparación, sin mayor compromiso que el de su medro, que andan convenciendo al personal de que pagar impuestos es malo, cosa de incultos, hasta de comunistas… Prometen lo que jamás se debería permitir a un político que se dice responsable, constitucional: acabar con el sistema. De la mano de sus redes sociales, de canales privados y medios de comunicación, hacen creer a la gente que el Gobierno es su enemigo porque les cobra tasas. Nos roba, les dicen. Y tragan, y, cabreados, les votan

Sin impuestos, no hay servicios públicos. Así, el negocio está en marcha, porque se lo quedan los que mandan. Quienes nos suben los precios de los alimentos, encarecen las hipotecas, los alquileres, los medicamentos, el ocio, los combustibles… nos cuentan la milonga de la maldad de los tributos a sabiendas de que nuestros sueldos no subirán como para pagar eso, ni por supuesto, lo que supondrá la educación, la sanidad, la atención social privatizada. El tonto pica con lo de la bajada, y luego se le despluma. Jamás recibirá lo que tenía con el sistema público.

 La peña anda alterada, iracunda. Es por la amnistía, dicen. Ya.





19/9/23

MEMORIA DEMOCRÁTICA

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 19/09/2023. Página 5. 

 Con Memoria Democrática nos referimos a un deber cívico que asume la sociedad sobre su pasado reciente, con aquellos que buscaron un mundo más abierto, solidario, más justo, democrático. Este deber es especialmente importante en aquellas sociedades que han sufrido una dictadura o regímenes autoritarios que acabaron con los procesos históricos de modernización y progreso; dictaduras que supusieron inmensas cargas de sufrimiento, dolor y constricción de las libertades ganadas con tanto esfuerzo. Así, la Memoria Democrática se ocupa de quienes no se resignaron en tiempos difíciles y lucharon, de sus allegados, de los luego aplastados, explotados y maltratados, pero también de los que buscaron el fin de la dictadura y la reinstauración democrática.

Esto, claro, tiene que ver con la Historia en cuanto compromiso por conocer la complejidad y verdad de lo sucedido, y no es fácil por las resistencias sociales que genera. Un régimen como el franquista, obsesivamente manipulador de la Historia, conllevó que varias generaciones sufrieran acríticamente una horrenda historia escolar repleta de falsedades y tergiversaciones. Se trataba de inculcar nacionalcatolicismo, de justificar un golpe de Estado y un régimen dictatorial, no de enseñar de buena fe. Esa es una larga y perviviente sombra del franquismo.

Sin embargo, la Memoria Democrática no es solo un ejercicio de Historia, que también, particularmente lo es de Justicia, Verdad y Reparación. Una sociedad se construye sobre consensos y respetos, sobre inclusividad e igualdad. El trabajo de recuperación, conocimiento, dignificación y reparación de tanto sufrimiento injustificado, de tanta vida segada o vilipendiada, de tanto empobrecimiento y anulación, de tanta persecución es un deber democrático. Todas esas voces, víctimas, todas esas vidas y empeños no son meros asuntos pasados, cosas del ayer. Eran vecinos, ciudadanos, padres y abuelos, compañeros, militantes, camaradas…, los más con compromisos de corto alcance, aunque fundamentales para su pueblo, su ciudad, su fábrica. Los hubo activistas, gente con empuje. Otros, necesarios compañeros, parejas, matrimonios, hijos. Todos gentes básicas para una democracia.

Mañana miércoles, el Secretario de Estado de Memoria Democrática dará una conferencia en la Facultad de Humanidades y Comunicación (antiguo Hospital Militar) sobre el valor e importancia de este asunto, que no solo no está superado, sino que es clave para nuestra ciudad y país. Será a las 19:30 h. Entrada, lógicamente, libre.



14/9/23

SI HOY ES JUEVES, ESTO ES EXTREMADURA

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA. 14/09/2023. 

Hay un proyecto social que va más allá de caras y supuestos pactos. La reiteración en medidas como la supresión de impuestos a los más ricos, la privatización de servicios, el fin de políticas de equidad, las de igualdad, la extinción del sindicalismo, la ruptura con los ideales democráticos y la memoria de sus luchas, con los procedimientos constitucionales, etc., muestran un plan claro: cambiar la sociedad. Lo hicieron Reagan y Thatcher convirtiendo al Estado de Bienestar o Estado Social en un monstruo pseudocomunista contrario al neoliberalismo. Fue el principio del fin con la pérdida de las estratégicas empresas estatales que daban eficacia al Estado, a sus servicios, al mejor acceso a lo público. El resultado fue el reforzamiento de los círculos ideológico-sociales del conservadurismo, de sus camarillas. Y el empobrecimiento de la población.

Las últimas crisis, como la del euro, la covid o incluso la guerra de Ucrania han mostrado la importancia del Estado como coordinador de políticas de escudo para la población, de atención a quienes no habrían podido costearse apoyos, ayudas, sostenimiento de negocios y salarios, control de precios, vacunas, subvenciones… El éxito de estas políticas sociales se ha topado, no por casualidad, con una brutal ofensiva ultraconservadora contraria a todo este new deal keynesiano. Los discursos de apariencia fatua de Isabel Díaz Ayuso sobre la libertad y tomar cañas son la espuma de una llamada al libertarianismo ultra que pretende romper el pacto social y asentar la idea de ilegitimidad de todo lo que atente contra sus intereses neocon. No es casual que los primeros decretos de todos los nuevos gobiernos ultraconservadores sean, indefectiblemente, la supresión de impuestos a los más ricos y medidas que traten de dejar sin efecto la Ley de Vivienda, en defensa de los grandes tenedores.

Castilla y León, Aragón, Valencia, Extremadura…, repiten el modelo impuesto. Esta reiteración muestra que ni las autonomías ni los ayuntamientos gobernados por la entente PP-Vox están atentos a las necesidades de los ciudadanos, a las particularidades de cada territorio. Se trata de revertir el modelo social. Se busca liquidar el Estado protector de los más desfavorecidos, acabar con la igualdad de oportunidades. Quieren implantar la competencia feroz e injusta, pues los que más tienen son, además, dopados con el vaciamiento de lo público hacia sus negocios (sanidad, educación, defensa, atención social…).

La imposibilidad de hacerse con el Gobierno de España va a llevar al PP a cometer otro acto de traición al modelo constitucional español: deslegitimar los resultados electorales para pintar a un presidente Sánchez como una suerte de obseso-maniaco del poder. De nuevo, Sánchez como Anticristo. Esta manipulación emocional a través del retorcimiento de palabras y emociones, trata de convencer a sus votantes de que el nuevo gobierno progresista que pueda haber en España es el principio del fin. La muerte de la nación española, dirá el privatizador Aznar, el de la burbuja inmobiliaria, el del todo un consejo de ministros encausados judicialmente. Otra vez la retórica apocalíptica.

De momento, lo único que está claro es que no hacerse con el Gobierno de España es un varapalo para la estrategia ultraconservadora de revertir el modelo de protección social que establece la Constitución Española. Habrían laminado el país de arriba abajo gracias a su extensión autonómica y municipal. Tocaban con los dedos su posibilidad de hungarizar España.





27/7/23

LA ALCALDESA QUE HACE NECESARIA LA LEY DE MEMORIA DEMOCRÁTICA

SERIE ULTRA. IV

LA ALCALDESA QUE HACE NECESARIA LA LEY DE MEMORIA DEMOCRÁTICA

Artículo de Ignacio Fernández de Mata en elDiario.es (27/07/2023): 




25/7/23

ABRIR LOS OJOS

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 25/07/2023. Página 5. 

 Los resultados electorales no son, como dicen muchos titulares nada inocentes, un desastre o una debacle. La del domingo fue una jornada histórica por lo que tiene de reconocimiento de un país de realidades complejas y diversas que quieren ser parte del todo, que lo son. Además, porque se ha evitado que el Gobierno de España esté en manos o participado por la ultraderecha excluyente y negacionista, asunto que también preocupaba internacionalmente.

La derecha no entiende a España. Esta es la gran conclusión. En su deslizamiento hacia la convergencia con su espora, Vox, el PP se ha abonado a tesis que le supondrán un constante lastre y la imposibilidad de alcanzar el Gobierno.

El Partido Popular nos ha mostrado que tiene un grave problema de identidad, amén de cierta inconsistencia presidencial. No sabe si el feminismo es algo positivo; no sabe si es demócrata o franquista; no parece tener claro los derechos de las minorías sexuales; ni si el sistema constitucional autonómico merece su defensa; no valora lo público como instrumento de servicio y equidad; censura la cultura que no se ajusta a su ideología; le molesta toda diversidad... Esta panoplia de confusiones es la que ha levantado a los españoles, que han llegado a votar instrumentalmente, con plena inteligencia de lo que hacían, por la defensa de todo eso que el PP y Vox han mostrado que estaba en riesgo o ya desapareciendo con sus pactos municipales y regionales.

La derecha tiene un profundo amor por la abstracción. La España que abanderan no existe, o tal vez sí, pero solo en guetos de privilegiados, en envejecidas ensoñaciones nostálgicas, en circuitos de frustración, en conciliábulos sectarios. Desprecian el conocimiento y la ciencia para amarrarse a rotundas leyendas, a superadas teorías neoliberales, a esquemas caducos. Los mapas postelectorales de abundoso azul y escaso rojo falsean que en cada provincia miles de personas se han movilizado para atajar el reino de mentiras, constricciones y manipulaciones visibilizadas en esta campaña.

Sí, ahora llega la cuestión de formar gobierno, pero ese es un segundo reto. Y quienes parece que lo harán, vienen de una engrasada cultura de pactos y negociaciones. Ese tipo de nueva gestión, de política constante de tan buenos resultados, como muestran nuestra economía y derechos, hemos de aprender a valorarla, y a defenderla. Basta de cegueras autoinfligidas. Hay que abrir los ojos a lo que es España.



11/7/23

AQUEL LIBRO...

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 11/07/2023. Página 5.

 Recuerdo a mi madre volviendo de una charla de aquellas que los jesuitas llamaban Escuela de padres. Fue directa al salón y cogió el volumen de Los tres mosqueteros (Lorenzana, 1968). “Este libro es peligroso para tu edad”, dijo, y subiéndose a una silla lo aparcó en el estante más alto. Obviamente, con todos dormidos, di cambiazo al volumen y comencé a leerlo a escondidas. Fueron las noches más emocionantes y excitadas de mi infancia, que apuntaba pubertad, allá por 1979.

En el verano de 1982, en la penumbra de mi cuarto/refugio, leí extasiado la primera edición de La conjura de los necios, de John Kennedy Toole (Anagrama, pastas amarillas). Tenía quince años y no daba crédito a aquella historia del alterado Ignatius Reilly, un tipo sucio, gordo y dejado, masturbador compulsivo que a la vez era un observador lleno de ingenio dedicado a denunciar la necedad abundosa que le rodeaba. Conocer aquel antihéroe entre rabelaisiano y cervantino (imposibles calificativos por aquel entonces), cambió mi vida.

Era julio de 1990 cuando, sentado en un ventanal que daba al mar de la antigua Universidad Pontificia de Comillas, leía con profusión La saga/fuga de JB (Círculo de Lectores, 1988). Jamás podré olvidar aquella tarde en la que una húmeda brisa desordenaba mi pelo y las vidas de los JB y demás ingenios del Casino de Castroforte del Baralla. Allí mismo, me prometí comer, cual comunión sagrada, la horrenda lamprea, lo que pude cumplir más de treinta años después.

En una residencia universitaria de Wisconsin, en 2003, leí aceradamente El Quijote (edición crítica de Francisco Rico, 1998). Una tarea entre vespertina y nocturna en la que se me iban las soledades y la sonrisa, en la edad en que uno debe leer las cosas valiosas (subrayando, como dios manda) y dejarse de adaptaciones simplonas. La segunda parte fue una revelación y me sentí unas veces tan Quijote como Sancho otras, cobrando conciencia de cuán pocos hombres buenos senderean por el mundo frente a tantísimo hideputa suelto.

Podría llenar páginas enteras de veranos y otras tardes de libros que eslabonan momentos de felicidad plena de mi vida (es mi gran tesoro, Jim). Temo, sin embargo, que según va la estupidez política, lo de Bradbury deje de ser ficción y tengamos que memorizar los libros prohibidos por incendiarios como Abascal o el alcalde de Briviesca. Vivir para v(le)er.


4/7/23

LA SOCIEDAD QUE PP Y VOX CONSTRUYEN, ES LA QUE TE EXCLUYE.

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA. 04/07/2023.

   El involucionismo está asentado entre nosotros. Después de siglos de historia de exclusión, clasismo, explotación e inequidad, cuando habíamos conseguido un sistema democrático, imperfecto, sí, pero que asegurara derechos sociales, igualdad, apoyo a los desfavorecidos, servicios públicos de calidad, justicia social...,  la estupidez humana sigue mostrándose como algo consustancial a la especie, plena de fanatismo y radicalidad. Quienes anteponen banderas, religiones y soflamas a la condición humana, al apoyo de personas reales con problemas auténticos, son puros necios incultos manejados por el interés de privilegiados y sus corporaciones. 

   Esta es una historia triste, de una madre sobrecogida por el dolor de saber que porta una niña con una enfermedad grave y que ha de sortear todas las trabas del mundo entre quienes debían haberla ayudado para poder abortar. En Murcia. Por fin, más de seis años después, el Tribunal Constitucional le da la razón. Por el camino, toneladas de sufrimiento injusto e innecesario.

   Cuando veo aparecer a Santiago Abascal en mi ciudad en loor de multitud, con la chavalería agitando las banderitas que los Varones Ofendidos y Xenófobos proporcionan a quien se acerque, haciéndose selfies con este pretendido icono de masculinidad como cualquier celebridad de mierda de un reality cutre, siento inmensa rabia y pena. Todos esos necios que se enardecen con los altavoces y los colorines dependen de la solidaridad colectiva de un sistema que les proporciona asistencia, apoyo, alimentación, educación, salud y cuidados gracias a defender el acceso universal a derechos y servicios. Pero estos corifeos irracionales en nada de esto piensan mientras sacuden los trapos. Prefieren dejarse arrastrar por un odio infantil contra el presidente del gobierno o el partido que sea, culpables, les dicen, de las frustraciones de cada uno de esos necios acumula en su vida. Son los de Perro Sánchez, los anti "sanchistas", los de una grande y libre, los trumpistas más ridículos del mundo que proclaman  su derecho a una desigualdad que los aplastará y empobrecerá.

   La sociedad que PP y Vox construyen, es la que te excluye.
 

27/6/23

FRATRICIDA

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 27/06/2023. Página 5.

 Me ofende y no me convence ese acudir al “fratricidio” como expresión de la Guerra Civil. Un discurso que cada vez está más en boca de la derecha ultramontana, que despacha así su aversión al tema jugando con la idea de una aberración natural, un pecado contra natura: la lucha entre hermanos.

Las vueltas que damos y seguiremos dando a la Guerra Civil tienen que ver con sus orígenes sucios y la profunda carga de tergiversación heredada del franquismo. No se sorprendan, ninguna guerra civil se debe a grandes principios filosóficos. Simplificándolo mucho, la Guerra se produjo por el irrespeto de una parte de la sociedad de las bases fundamentales de una democracia: los resultados electorales de febrero de 1936.

Hay quienes quieren sí, quieren, porque es un acto de voluntad, no de conocimiento histórico seguir defendiendo los argumentos de la Dictadura, que trató de construir la idea de ilegitimidad de aquellas elecciones. No fue así. Hubo irregularidades, son conocidas, pero eso no supuso el fraude electoral. El Frente Popular ganó las elecciones.

La Guerra Civil no fue una guerra entre hermanos. Eso es una ñoñada poética que provoca un enternecimiento confuso al que no puede atender el historiador ni el ciudadano consciente. La Guerra fue un conflicto profundamente ideológico, lleno de radicalidad e intereses creados. Puestos a clasificarla, se ajustaría más decir que fue una visceral lucha de clases en la que algunos buscaron el completo exterminio del otro ideológico.

La repetida invocación del calificativo “fratricida” por las derechas para la Guerra funciona por sus evidentes resonancias bíblicas. Lo esgrimen como una suerte de razón humanitaria para rechazar la Ley de Memoria Democrática en lo que esta tiene de visibilización y comprensión de la fealdad del pasado, eso que, decía Hannah Arendt, supone “mirar la realidad cara a cara y hacerle frente de forma desprejuiciada y atenta, sea cual sea su apariencia”.

La Historia no es una parábola, un cuento o un conjunto de leyendas. La Historia es la vida analizada, comprendida, explicada desde la complejidad de su factura. Mediante un emocionalismo embaucador, líderes como Isabel Díaz Ayuso buscan la infantilización del ciudadano, su complicidad para negarse a conocer el difícil pasado, su disposición para aceptar tesis profundamente antidemocráticas.

Lo del “fratricidio”, es artero porque al rechazar saber lo llaman remover, se perpetúa la manipulación y el sufrimiento injusto. 





13/6/23

MITÓMANOS

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 13/06/2023. Página 5.  

Los grupos humanos acuñamos mitos y relatos sagrados con los que sobrellevar las inconsolables dudas que supone vivir. Con el paso del tiempo, intelecto, educación y humanismo, algunos se sacuden la hojarasca de las creencias y apuestan por el conocimiento crítico, por la ciencia, por el riesgo de vivir. Hay quienes, sin embargo, jamás salen del mito, evitan el vértigo de la disidencia. Antes prefieren ser grey que incómodo inquiridor.

A partir de las sociedades con desigualdad ─lo que nos lleva muy atrás en el tiempo─, los sistemas de creencias han procurado, sobre todo, sustentarla. Muchos relatos míticos fijaron jerarquías en el orden natural del mundo: realezas (a menudo divinas), aristocracias desoxigenadas (sangre azul), sacerdocios sacralizados, hombres sobre mujeres, patrones… Dios o los dioses lo habían querido así, ergo, todos quietos. Digo dios, como digo capitalismo.

Hace ya mucho que sabemos que la historia no es lineal ni progresiva, ni tiene un destino. Y si todo tiempo vive momentos cruciales, no lo son menos los actuales, en los que no hacen más que caer mitos. Por ejemplo: que la subida del salario mínimo iba a hacer quebrar a las empresas y a arruinar la economía. Y, al contrario, ha favorecido el crecimiento económico, el aumento del gasto, y que hoy la española sea la economía que más crece de la OCDE y con la inflación más baja de toda Europa. Otro tanto con las condiciones de los trabajadores: la reforma laboral iba según los agoreros defensores del mito de “Dios lo quiere”, a acabar con la flexibilidad del mercado y abocaría al cierre a muchos negocios. Resultado: tenemos la cifra más baja de paro de nuestra historia y el mayor número de contratos indefinidos, lo que permite a la gente una mínima planificación de sus vidas.

Estas cosas deberían hacer crecer el número de ciudadanos satisfechos y conscientes de lo logrado, pero los mitómanos luchan denodadamente desde sus tribunas y púlpitos para que esto no se perciba y valore. Ítem más, anuncian el apocalipsis y, como sucediera con Obama y el papa Francisco, convierten al presidente Pedro Sánchez en el Anticristo. Luchar contra eso que llaman el sanchismo es, para los mitómanos, un imperativo cuasirreligioso, una cruzada. Focalizar la frustración, el mal y la culpa en alguien, sí, es infantil, pero, al parecer también muy rentable electoralmente.

El mito es siempre engaño, y no a favor nuestro…





30/5/23

28M: TRAMPANTOJO

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 30/05/2023. Página 5.  

Al final, se consumó el ardid y atrás quedaron los barrios, los carriles bici o la pelea por el centro de atención primaria. Se abandonó el detalle de lo menor, de lo local, de lo que mancha o huele para envolverse en la siempre resultona épica: acabar con el sanchismo, con ETA o con el robo de elecciones por correo. Y el trampantojo funcionó.

El voto se ha dirimido en clave nacional. Los fontaneros del PP tenían buenas razones para elegir esta vía bóvido-trumpista testada con éxito: se agita el trapo y el votante, obediente a su entrenada genética, embiste. Ya se concluirá lo que interese como explicación a tan sorprendente reacción.

El problema de partida era que donde ha gobernado la izquierda, había consolidado una imagen de eficacia y buena gestión. Así, los hábiles plomeros se aplicaron a borrar tal parecer promoviendo un discurso ajeno a la realidad local. Por eso hemos visto programas irrisorios y jaujinos, cuando no carentes de todo aterrizaje municipal. Hasta sin candidato local. Daba igual, la gente iba a votar otra cosa.

Luego, los fracasos de parte. Podemos nacional ha trabajado denodadamente por la extinción de su tenue tejido local. Quienes les habían dado su apoyo en otras ocasiones, han huido de sus siglas ante la deriva delirante en que ha entrado el partido: la locura trans, su feminismo misógino, el peluchismo animalista, el ensoberbecimiento perpetuo, su actitud innecesariamente retadora… Este voto, en la parte más comprometida ─en cuanto a ejercerlo─ ha ido al PSOE, que pierde lo suyo ─por errores propios, por la parte que le afecta del cabreo feminista, más el efecto del enfangado fontaneril─, haciendo así, también, engañosos sus resultados. La abstención, la huida y castigo a las siglas podemitas, se han constituido en injusto castigo de los candidatos locales. El desnorte de Podemos nacional es hoy el mejor sistema de engorde de la ultraderecha y, junto con la fragmentación y egotismos injustificables, la máquina de porculación más efectiva del voto de izquierdas.

La decisión del presidente del Gobierno es, una vez más, inteligente, veremos si suficiente. El panorama de trumpismo emergente nos lleva a la tormenta perfecta. Demasiada gente no ha entendido que lo que estaba en juego nada tenía que ver con la ficción de ETA, sino con un modelo social más igualitario y de Bienestar. Y, como pasó en 2011, cuando lo descubran, será demasiado tarde.









16/5/23

ELEGIR (EN EL COMBATE)

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 16/05/2023. Pág. 5. 

Las elecciones locales tienen cada vez más importancia y trasfondo. No se trata de que, como algún plumilla afirma, se hayan convertido en una primera vuelta de las generales, o de que las decisiones de la política regional, la nacional o la europea afecten al espacio cercano. La cuestión principal es que ya no se trata de mera gestión municipal, aún siéndolo. Es un asunto mayor.

Nuestras ciudades se han convertido en espacios de conflicto y lucha, en dameros de combates mortales que, inevitablemente afectan a nuestras vidas. Lo local ha adquirido otra dimensión, otro significado. El combate, de proporciones agustinianas, se produce entre la ciudad de las personas contra la ciudad de las corporaciones. Las afectaciones, lógicamente, van mucho más allá del palacio consistorial. Las ciudades devienen en sitios de especulación o resistencia, en ámbitos de deshumanización o de conquista social.

No se trata de ponerse apocalíptico, pero si revisamos los programas de quienes concurren a las elecciones, puede verse que hay dinámicas que usan la política municipal como espacios lucrativos sobre una base paradójica: dicen que “generan recursos” en vez de gastar los presupuestos; promueven “ahorro” en vez de invertir en desarrollo y servicios; recortan impuestos asegurando que la falta de ingresos no afectará a las prestaciones porque es más eficaz externalizarlas… Es decir, conciben las instituciones de servicios y cuidado general como ámbitos de negocio para particulares sobresalientes. Esto es, lo público como estrategia de vaciado para servicio de las corporaciones: fondos buitre, servicios deportivos, sociosanitarios, turísticos, administrativos, seguridad, etc. privatizados.

Lo peor es que muchos de quienes apoyan la ciudad de las corporaciones no suelen enterarse de lo que hacen porque les evitan el detalle, la letra pequeña, la verdad. Lo que ellos votan son titulares gruesos: libertad, familia, patria, seguridad, himnos y banderas. Entre tanto, los eficaces barreneros irán cumpliendo lo suyo.

Ayuntamiento viene de la acción de ayuntar, de juntarse para resolver las necesidades de la comunidad. No se trata de abstractos, de títulos, de emociones hondísimas, de ocurrencias culturetas, se trata de la ciudadanía, de los barrios, de las condiciones de vida de la gente real, del desarrollo y el empleo, de dar servicios, oportunidades, de justicia social, de hacer las calles y plazas espacios de encuentro y salud. De hacer ciudad para los ciudadanos, para la gente.



11/5/23

Píldoras sobre la situación electoral en Burgos, 4.

Serie castañas pilongas

4ª pilonga:


 

Píldoras sobre la situación electoral en Burgos, 3.

Serie castañas pilongas.

3ª pilonga:


 

Píldoras sobre la situación electoral en Burgos, 2.

Serie castañas pilongas.

2ª pilonga:


 

Píldoras sobre la situación electoral en Burgos, 1.

Serie castañas pilongas.

1ª Pilonga: 




2/5/23

LOS PRESCINDIBLES

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 02/05/2023. Página 5.

Las elecciones locales tienen algo de aquello que los clásicos llamaban el gran teatro del mundo: “No olvides que es comedia nuestra vida / y teatro de farsa el mundo todo, / que muda el aparato por instantes / y que todos en él somos farsantes”, decía don Francisco de Quevedo. No le faltaba razón: la lectura del plúmbeo Boletín Oficial de la Provincia del pasado 26 de abril, volvíase excitación e intriga al recorrer las listas electorales burgalesas. Por allí, como corresponden a tan vieja urbe, desfilaban capitanes de armadas medianas, otras mediadas, desahuciados boqueantes, archipámpanos ignotos, engañabobos facundos, no faltando ganapanes, amargados y ojienjutos, bufones desdentados y bonitos achulapados, lógicamente, en inclusivo plural. El fascinante siglario, catorce propuestas, sugiere tragedias shakespearianas, dramas calderonianos, comedias lopeveguescas, venganzas alejandrinas y hasta jaimitadas vizcainocasanas. También traiciones de las que se susurran junto al fuego.

Las batallas se suman y confunden. Las derechas, pucelamente devaluadas, disparan pólvora genovesa, prometen paseos marítimos y tematizaciones cidianas mientras tachan de sanchista al joven Kennedy, objetivo a batir. No brillan por su inteligencia, lo que no parece importarles: les han soplado que es plaza acomodaticia, lo que aprovechan para verbenear entre la rubia y la morena, hijas del pueblo de Madrid.

Para la izquierda, este es un tiempo de oportunidad no exento de miserias. Como en cualquier tragedia, hay quien encara el destino y quien no sabe leer los hados, ítem más, jode por convicción. En las últimas décadas, Burgos se ha modernizado y mejorado gracias a los gobiernos progresistas, frente a los mortecinos consistorios conservadores, incapaces de liderar otra cosa que el beneficio de los de siempre, y aún esto con problemas. La esperanza del ciudadano medio viene del encuentro del PSOE con las fuerzas a su izquierda, en Burgos, de particular imbricación local. En los esfuerzos coaligadores no están quienes no han querido estar, siervos de sus egos y devaneos personalistas. Estos, junto con los otros oportunistas y rarunos que trae el BOPB, imprescindibles tan prescindibles, irán al albañal de la Historia.

Los tiempos históricos requieren personas cabales, con sentido de entrega y vocación de servicio público. Los personalismos, desacreditan. Duele que quienes parecieron apostar por Sumar se desvelen mezquinos, hambrientos de medro. Si lo que importa es el proyecto, la convicción de hacer mejor las cosas por la gente, o sumas o te apartas. Lo demás, sobra.  



 

18/4/23

LO RURAL

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 18/04/2023. Página 5. 

La gente del campo está hasta los cojones. Bajo los buzos de trabajo, apenas cubiertos por la camisa de franela, los cuerpos esconden maltratos, moratones y magulladuras sin fin; lo de las almas es peor. Todo es incomprensión, palabrería y hostias a tutiplén.

El mundo rural está harto de regulaciones absurdas, de declaraciones medioambientales que no controlan y emputecen sus vidas, de protecciones a la fauna salvaje que se ensaña con sus rebaños sin compensación a cambio, de exigencias sanitarias en su producción que no cumple ni un hospital oncológico, de cierre de consultorios y colegios, de falta de servicios e infraestructuras, de producir a pérdidas… Se saben ignorados, y lo que es peor, despreciados.

Vox, partido experto en algoritmos y en estimular cabreos, vio en el agro un entorno propicio. Su apoyo a la caza y a la tauromaquia le salió bien. Luego, no ha descuidado el contexto y sus puestecitos de chapas y pulseras se han visto en toda feria que se precie. En Castilla y León alumbró aquel lema genial que le ha llevado a estar en el Desgobierno: Siembra. No sacaron procurador en Soria, y esta no es otra historia, es otra estrategia para el mismo clamor.

Desde el ombligocéntrico ámbito urbano tendemos a ver el campo como espacio de inmovilidad y tradicionalismo, ignorantes de la inmensa capacitación tecnológica de los agricultores, de la digitalización brutal de los procesos productivos del sector primario. Un mundo en el que hombres y mujeres se ponen al frente de sus explotaciones sin guerras culturales chorras, mientras les llegan, vía BOE, las posmogilipolleces de quienes viven en un mundo paralelo fuera del sentido común. El problema es que no les pagan lo que producen, no les apoyan en sus crisis, les asumen desiertos vaciados. Hasta que llega una pandemia y son declarados trabajadores esenciales..., para beneficio de distribuidores y cadenas alimenticias.

El mundo rural nos va a dar un susto, seguramente necesario. Lo acaba de hacer en Holanda, donde el BoerBurgerBeweging, el Movimiento-Campesino-Ciudadano, ha ganado las elecciones de marzo y tiene en sus manos el Senado. Los movimientos que asoman por nuestros lares no acaban de encontrar una dirección eficaz, pero la hallarán. Es inevitable que generen su propio espacio político porque en la partitocracia actual no están ─el irresponsable regadío de Doñana es un fatal intento─. Hay que oír la voz del campo. Y, urgente, atenderla.




4/4/23

PATRIMOÑO

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 04/04/2023. Página 5. 

Mi primera reacción cuando oigo que algo es tradicional o patrimonial, es apretar el culo. En los últimos años, la tradición y el patrimonio se han convertido en palabras fetiche, que lo mismo te arreglan un fin de semana gastronómico, un centenario fingido o la identidad nacional.

En torno al nuevo concepto-midas, el patrimonio, podemos fingir permanentemente que nos vinculamos con el pasado, incluso que lo revivimos ─maravilla de las maravillas─, mientras nos lo inventamos, lo disfrazamos y lo mercantilizamos. Patrimonio, con el calificativo que Ud. prefiera añadirle, es una vieja saya que se desfrunce una y otra vez para seguir incluyendo, tapando, vistiendo aquello que el último espíritu sensible ha imaginado bajo ampulosas expresiones, escuadras de adjetivos y gesto reverente. Por si se despistan: hablan en infinitivos y dicen absurdeces como  “poner en valor”, ridiculez perifrástica para no decir “valorar”.

Bajo la pretensión de mantener una tradición inmutable ─lo que, perdón por el palabro, en sí es un oxímoron─, se nos habla de prácticas recuperadas, de celebraciones históricas, de restauraciones fidedignas o de incorporaciones rigurosas que son todas una pura invención para ese maná que llamamos turismo. Una ciudad moderna solo lo es si cuenta con un Exin castillo, un fin de semana Puy du Fou, una catedral llena de imposturas e impostores, peñas uniformadas y notables cabezudos.

En el sorprendente avance hacia la aspirada capitalidad cultural hemos sabido que nuestros gigantones incorporarán al oscuro Conde Porcelos, fundador por oficio, y a su pobre mujer, innominada. Qué lástima que con las cosas de patrimonializar no sepamos hacer pedagogía y la señora lo sea de sus labores y sin nombre. Una vez más, estos gigantes vinculados al Corpus acaban sirviendo, como tantas celebraciones y conmemoraciones, para reafirmar el viejo orden y el natural conservadurismo de nuestra urbe. Aquellas cuatro parejas compuestas por un rey y una reina, un turco y una turca, un gitano y una gitana, un negro y una negra, más las gigantillas, que entonces representaban al pecado y la herejía, se trocaron en los Reyes Católicos, ciertas razas, y un alcalde serrano con su esposa. En los 70, se sumaron el Cid y Jimena, como lo hace ahora don Diego, muestra de nuestra constante y apasionada revivificación de la estamental historia medieval, versión reaccionaria. Que luego quieran mandar en todo los de siempre, cae por su propio peso.




21/3/23

M. DE CENSURA

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 21/03/2023. Página 5. 

 Hoy asistiremos a otro inmerecido espectáculo de nuestra recuperada democracia, un circo de tres pistas que, a lo sumo, parirá un peligroso trampantojo.

Vox acude a un instrumento legítimo para barrenar la democracia, y lo hará con la finezza que usa la ultraderecha 4.0: apoyándose en un viejo teñido que generará simpatías porque no puede subir escalones, y que usa chaqueta y corbata con chaleco antigripal.  Tamames es una creatura valleinclanesca, un esperpento de un sueño de inmadurez adolescente: me reconocerán y vendrán a buscarme, (se omite: “y me adorarán…”). El viejo economista cree ser un maestro Jedi, y ese será su juego. La triste realidad es que el paseo de su ego en ebullición por los medios y sus sólo aparentes distancias con Vox, no ocultan su carácter de juguete roto inteligentemente usado por la mente gris de los Varones Ofendidos y Xenófobos. Porque Tamames, el ridículo y ególatra Tamames, puede convertirse en un catalizador extraparlamentario. Con ese leve desvalimiento físico como armadura, de la mano de su mefistofelismo, incidirá en las cuestiones más sentidas y sensibles de nuestro presente, buscará ser el altavoz del hombre corriente, el clamor de los muchos y justificados hartazgos que borbotean: el de los pensionistas, el de los hipotecados, los consumidores, la gente del rural, los antifiscalidad, los antipeluchistas, los antiqueer… Mucha, mucha gente. Vox busca ganar perdiendo.

No es esta una moción para el Congreso, sino para la calle. Las Cortes serán, de nuevo, un plató televisivo, una fuente inagotable de memes para las redes. Es una moción de desgaste, de infestación del Gobierno y de lo que a él se le acerque. Una articulación de efectos especiales para separar la paja del grano. Para atraer voto. Pocos partidos manejan mejor que Vox la psicología del oprobio y la angustia.

El PP, mientras el hijo pródigo clama por la salvación nacional, se subirá a un taburete para evitar la inundación quejándose de que Pedro Sánchez maneja el grifo. Unidas Podemos seguirá con su lisérgica vida ─que solo le contesten mujeres─, o lo que es lo mismo, favoreciendo el juego voxista. El Gobierno no podrá despreciar el envite, como muchos minoritarios proponen, porque se juega la fijación de un relato que sostenga el titánico esfuerzo que han sido estos años de vorágine, pandemias, crisis, europeísmo y guerras. El quid: ¿cómo combatir a un bufón?




7/3/23

Género homo...

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 07/03/2023. Página 5.

 La ventaja de los creyentes está en eso que llaman fe, que ya sabemos que no es aquello de creer en lo que no vemos, sino en lo que te dicen que creas. Quienes se mueven en la ambición de virtud, lo hacen desde la percepción de que la vida se allana. El dogmático cree estar firmemente anclado a la tierra, mientras piensa en el cielo. Suya es la Verdad.

Quienes viven la conjunción religión-política como un continuum, viven en gracia, en comunión con el profeta. Están salvados. No son meros votantes. Su relación con el resto de ciudadanos no puede ser de igual a igual: poseen ─en puridad, son poseídos por─ La Verdad, y quien la obstaculiza, es prescindible. La caridad, la solidaridad, no se practica con el enemigo, a lo sumo con el confundido, sin olvidar el destino de los tibios…

La mandanga de la fe nos ha hecho a todos la vida más difícil. La certeza dogmática es más impenetrable que el acero valyrio. Y la incuestionable fe no para en tonterías. Con la fe los muertos andan, los alimentos se multiplican gratis, las enfermedades se curan, la corrupción desaparece, los ricos se apiadan y el sexo se elige o fluye. Decía Voltaire de los púlpitos y ahí tienes a Twitter, Facebook o Instagram incensando y embotando nuestros sentidos cual martillo pilón con sus mantras.

Parece que perdimos el librepensamiento en beneficio de siglas y nomenklaturas. En la mentecatez actual, el desasosiego reina entre quienes reclaman sensatez, acuerdo, crítica constructiva y compromiso con los desfavorecidos. La perversión del sistema político viene de mano de quienes se afanan por la política de bloques irreconciliables, confundiendo negociación ─hacer política─ con mero pacto de clanes primos.

Supongo que un país de librepensadores podría parecer ingobernable, sobre todo a los dogmáticos, aunque, en general, quienes carecen de credo monolítico son los que menos atentan, los que más solidaridad y apoyo aportan.

La desazón del votante ante la falta de cordura se llega hasta el 8-M, confundiendo lo principal con lo no pertinente. La conjugación del absurdo: ser mujer es un sentimiento. ¿Amén? Jamás existirá eso de “la generación más preparada de la historia” porque partimos de una gran mentira, creernos sapiens, y todo lo más somos homo emotionalis. Emociones y fe, el tándem perfecto. No parece que el populismo sea un humanismo.