DIARIO DE BURGOS, 19/01/2022. Contraportada.
Podemos
trasladar a nuestro presente la peliaguda cuestión: ¿conocemos de verdad lo que
sucede?, ¿tenemos los datos que nos permitan comprender la realidad? O, más
concretamente: ¿por dónde transcurren los intereses de los ciudadanos mientras
los partidos políticos y sus medios nos cuentan otras cosas? Así, en un asunto
tan importante como las elecciones regionales en Castilla y León, que el
principal tema de discusión sean las macrogranjas, en vez de, por
ejemplo, la financiación ilegal del partido popular, o la falta de alternativas
para los espacios intermedios y rurales de la comunidad, es algo escandaloso e
insultante.
Como dicen
algunos gurús de la ciencia de la estupidización colectiva, la intervención del
ministro Garzón fue un regalo para que el PP apostara estratégicamente por
alejarnos de la realidad (la judicial, la económica, la sanitaria, la
educativa, la demográfica, la cultural…). Pero, ¿qué es eso de parar al
presidente Sánchez? ¿Cuál es el debate sobre Castilla y León? Henos ante un Mañueco
y un Casado vistiéndose con las ropas de Ayuso, diciendo nada, escapando a la
realidad, bombardeándonos falsismo mágico desde redes y medios.
Exijamos a los
políticos preocupación por nuestras preocupaciones, aterrizaje en los
problemas, estudio, esfuerzo, gestión, inversión para mejorar la vida de los
ciudadanos. ¡A qué tanta foto con vacas, de las que malamente distinguen
cuernos de ubres, si no dan solución alguna a nuestros productores! ¿Qué saben del
campo, de sus necesidades y carencia de inversiones, de su orfandad ante los
malos precios de las cadenas de distribución? Que no nos engañen con
distracciones platónicas, con tuits majaderos. La realidad, la necesidad, la
pobreza, la falta de horizontes…, para encarar eso es que votamos. Lo demás es
mierda, y no de vaca.