DIARIO DE BURGOS, 30/09/2020. Contraportada.
Vuelvo al punto central: enferman y mueren ante
sus ojos, y lo que les importa es el desgaste del contrario, la guerra
de cifras, el y tú más. Dicen que tenemos los políticos que nos
merecemos. No es verdad, no nos es dado elegirlos, solo votarlos. Cuando los
partidos enloquecen, cuando se entregan a ideologías deshumanizadoras, a
componendas con sectores económicos poderosos, muestran un carácter servil y
secundario. La caricatura en la que se han convertido está en sus listas.
La deslealtad es una daga con retorno: se acaba
pagando. Que, en medio de una pandemia mundial, de una crisis terrible, la
consigna no sea el velar por todos, el arrimar el hombro para proteger a los
más inermes, dice muy poco de todos nosotros como sociedad. La tentación de
cobrar el peaje a quien en lo peor de la enfermedad se dedicó a torpedear al
Gobierno, a desacreditar los inmensos esfuerzos que tuvimos que hacer ante una
situación inédita e inesperada, seguro que es grande, pero no podemos
permitírnoslo. Cuando se tiene la responsabilidad del cuidado de los
ciudadanos, de la salud y bienestar colectivos, las decisiones no se toman para
ganar puntos en encuestas de opinión, se actúa desde la ética del servicio y de
la protección. Aunque cueste y duela. Se actúa para hacerse digno del puesto y
de sus obligaciones. O si Ud. lo prefiere, de España y de los españoles.