27/5/25

ISRAEL: ESTADO GENOCIDA

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 27/05/2025. Página 5. 

 Llevo muchos años estudiando la violencia, los actos de represión, la crueldad interna a una sociedad. Me he asomado a distintas etapas históricas, a distintas culturas y lugares del mundo y siempre acaban brotando preguntas parecidas: ¿cómo pudo suceder esta persecución, masacre, guerra? ¿Qué hace al ser humano tan ávido de crueldad? ¿Por qué una comunidad se muestra tan intolerante? ¿Cómo es posible que quienes han sido vecinos y hasta parientes se delaten, se torturen y asesinen con tal grado de vesania?

El ser humano es un animal social de grandes capacidades y entregas, pero también de complejos desajustes sociales. Más allá de la condición bioquímica individual, de sujetos con posibles taras emocionales ─v. gr. psicópatas─, es a través de condiciones sociales que devenimos en nuestro mayor depredador, en el mayor extinguidor de vidas y culturas. Homo homini lupus.

Israel, por ejemplo, es un país construido sobre el odio. Creíamos que era sobre la Memoria y la Dignidad, pero no, eran la fobia y la venganza, el odio a los entorpecedores de su buscado éxodo sionista y, sobre todo, del Holocausto. Irrumpió así un país forzado en un territorio indebido, que disfrazó de ética la alimentación permanente de rencor ─la memorización obsesiva de la Shoah─ a varias generaciones. Asumieron que su sufrimiento histórico les hacía depositarios de derechos indiscutibles, lo que se transformó muy pronto en permisividad para ocasionar cualquier padecimiento a terceros en la defensa de su proyecto etnonacional.

Israel ha devenido un Estado supremacista, basado en un radicalismo religioso que convierte en incuestionable su promesa sagrada de territorio, la justeza de eliminar a cualquier oponente u ocupante previo que se oponga a su sueño liberador. Promueven la extinción de quienes les resultan sobrables, subhumanos, indignos.

Israel está practicando un flagrante genocidio ante los ojos del mundo. Negar la evidencia del arrasamiento de la franja de Gaza, del exterminio de su población civil, de familias enteras, de niños…, es un acto de cinismo e inhumanidad injustificable. Nada excusa este horror. Quienes en nuestro país juegan al despiste, a la manipulación torticera de razones por intereses ideológicos o económicos, o peor aún, por no ir en la misma columna de firmantes que sus oponentes políticos, son ratas de la peor condición. Hay una condición pactada de Derechos para la Humanidad a la que ya nadie puede sustraerse, que debería ser ya irrenunciable.  Israel es hoy un Estado genocida.



13/5/25

LO DEL CUARTO...

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 1370572025. Página 5.  

Es consustancial a nuestra condición de tolais sociales confundir realidad y deseo, o mejor, ser enredados, como ya lo contara Platón con su caverna. Los realistas del siglo XIX, con Stendhal a la cabeza, presumían de una novela que, dijeron, era un espejo que se pasea por la vida. Lo cierto es que aquella gente construía mundos que no eran exactamente la realidad, sino sus percepciones. La prensa lo aprendió muy pronto, y aprovechando el auge del periodismo, pronto entendió que las clases medias que consumían ávidamente lo impreso, tendían al conservadurismo y melindrez, que eran buenas amigas del sensacionalismo y la tinta gruesa. Un filón. El admirado periodismo de los Pulitzer se convirtió inmediatamente en el de los Randolph Hearst, que a bote pronto, consiguió que Estados Unidos y España entraran en guerra gracias a sus periódicos. De la información a la agitación. El ciudadano Kane. La prensa devino, a pesar de lo que su romantización nos cuenta, en riesgo constante. Tan necesaria como peligrosa, la información pocas veces ha podido desempeñarse como auténtico cuarto poder. Pudo hacerlo con Bernstein y Woodward en el Watergate ─¿en qué ha quedado hoy el Washington Post?─; con el Boston Globe y los abusos de la Iglesia Católica, pero casi siempre, poder económico ─con su corrupción─ y grupos mediáticos son parte de la misma ecuación.

The Guardian (UK) publica estos días cómo el presidente de España sufre Lawfare ─guerra sucia judicial─ con casos instrumentales sobre su familia, ─todos sabemos que ahí no hay nada─. Hay periódicos y otros medios que solo jalean eso diariamente para energumenizar con el absurdo de la dictadura sanchista, que es la cosa más disparatada que puede uno oír. El diario que mintió despreciablemente sobre los atentados del 11-M saca ahora conversaciones privadas del presidente que estaban custodiadas por un juez… Esta derecha mediática, la gran productora de bulos, la jaleadora de indecencias judiciales ultras, vuelve a la táctica de muñir realidades paralelas ─como en la II República─, a alterar hechos y sucesos interesadamente.

El nuevo papa, cuyo nombre no viene como continuidad del XIII, sino del más fiel y leal discípulo de San Francisco ─León de Asís─, insiste en la importancia y valor de un periodismo veraz: “solo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres”. Una verdad como un templo, que esperamos más sólida que la incorrupción del cuerpo de la pobre Santa Teresa.