19/3/24

SEMOS LIBRES

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 19/03/2024. Página 5. 

Vivimos entre excrementos, en el lodo, el estiércol y la inmundicia, entre bostas y jiñes, enfangados, emplastados de boñigas, cubiertos de cascarrias, mascando basura, respirando orín, acorazados de sudor viejo. Vivimos en la constante mierda política, en la miserabilización de la Res publica más indignante.

La democracia es un antes y un después en la Historia al introducir una dimensión ética en el origen del gobierno. Nuestros representantes, los parlamentarios, reciben por el voto una delegación de la voluntad popular. De ahí nace el principio del Gobierno para el pueblo, y no, por ejemplo, para el partido o para cierta religión. Siendo esto así, ¿en qué momento se jodió todo? ¿Cómo hemos llegado hasta esta atmósfera irrespirable de indignidad y desvergüenza?

Hace veinte años, se dio un cambio inusitado: el gobierno (saliente), por su pura conveniencia partidista, mintió a todo su país (y exigió que se le siguiera), orquestando las patrañas del 11-M. Desde entonces, acumulamos un inmenso aturdimiento de turbiedad. La precuela mentirosa de la autoría etarra de los atentados, ha seguido hasta hoy con una indecencia insultante en los foros trumpistas, en las cabeceras de una derecha mediática abrazafarolas mientras haya quien pague el infame garrafón.

La escuela creada por Miguel Ángel Rodríguez, ese Torquemadilla fontaneril, que se tiene por lumbrera thatcheriana, ha servido para que una legión de seres de piel viscosa y lengua bífida medren en puestos amicrofonados en los que decir las sandeces más grandes para regocijo de una bancada pandillera y achispada. Por el camino murió la ética y la probidad. Y surgió Ayuso, la de la libertad infantiloide y el novio estraperlista que mercadeaba con la salud en tiempos del cólera.

Nos inunda un calculado gañanismo, que no es llaneza, sino descrédito de la democracia y sus instituciones, enjalbegadas de hez. En estos limos también se ha enfangado el PP local (ya se ha visto en luctuosas intervenciones senatoriales) sobresaliendo la figura bramadora del concejal Manso. Para regocijo de su sillería, expele el regidor acusaciones sin fuste contra el PSOE sobre Gamonal, y hoza pretendidas razones sobre los sucesos de hace 10 años, mostrando que no ha entendido nada, que no conoce el barrio, que apunta torcido y que se va a estrellar con sus propuestas alejadas del moderno urbanismo sostenible, en las que el aparcado es el ciudadano. Pero, oye, qué risotadas en el Pleno…




5/3/24

FACHOSFERA

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 5 DE MARZO DE 2024. Página 5. 

 Me disgusta el palabro fachosfera porque otorga un aire de mofa o irrealidad a lo que hay detrás, que más que serio, es pavoroso.

En estos días hemos conocido cómo el mundo ultra se manifiesta con plena desvergüenza a través de tertulias de sacerdotes fanatizados en youtube, cómo Santiago Abascal profiere en EE.UU. exabruptos contra la Universidad de Salamanca ─y las de Bolonia y Harvard─, o del protagónico papel de la Iglesia en el asentamiento y difusión del bulo de ETA en los atentados del 11-M. No son casualidades, todo forma parte del mismo plan.

La ultraderecha se asienta sobre un principio básico: la realidad ha de acomodarse a sus creencias. Lo suyo es pura antimodernidad: contrarios a la observación científica del entorno social y natural, al desarrollo del pensamiento ilustrado y crítico, a la superación de los dogmas religiosos, a la separación Iglesia-Estado, a los principios liberales pro derechos individuales. Los ultras quieren orden, control y seguridad, tres imposibles vitales que solo pueden conseguirse por la vía violenta, la imposición, la manipulación y la intolerancia.

El desparpajo de los curas contrarrevolucionarios provoca sonrojo. Las barbaridades que dicen entre risas ─el deseo de muerte del papa, la exaltación de Franco…, son solo dos perlas─ muestran su deseo de alcanzar una sociedad fundamentalista. Evidentemente, esto tiene que ver con una clarísima involución dentro de la Iglesia, a la que los especialistas atribuyen de manera directa e indirecta un destacado papel en el surgimiento de la ultraderecha política en España.

La revelación ─en el extraordinario especial sobre el 11-M de El País, en su 20 aniversario─ de una breve conversación telefónica entre el entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio M. Rouco Varela, resulta tan reveladora como estremecedora: la absoluta connivencia de la cúpula eclesial con la formulación del gran bulo, la inmensa mentira de que ETA estaba tras los atentados de los trenes de 2004. El Mundo de Pedro J. y la Cope de Jiménez Losantos construyeron un universo de mentiras, falsedades y manipulaciones adelantándose a las famosas fakenews. Allí se testó el poder de la mentira y la demostración de que feligresía, lectores y oyentes de derechas iban a seguirles ciegamente en su deriva antidemocrática y antiliberal. Las víctimas, la verdad, el respeto a las instituciones…, todo fue pasto de estos patriotas. Después llegó Vox. Hoy seguimos al borde del precipicio.