27/11/19

DE LOS INCONEXOS...

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 27/11/2019. Contraportada.

En la postmodernidad absurda, el individualismo campa como una reinona altiva, inalcanzable, salvo por un leve momento de generosidad y cercanía..., a través de Instagram, claro. La cordialidad, el respeto, las cortesías sociales se han ido al garete por una mala comprensión de los derechos y autonomismos. Los sujetos hacen de sus vidas emulaciones de la basura televisada: Gran Hermano, Sálvame, Gandía Shore, CDRs en feliz asalto... El yo indignado por un quítame allá esas pajas confunde causas y motivos, acaba revolviéndose contra las grandes luchas para dar entrada a microproblemas, habitualmente poco fundados, a una confusión que acaba produciendo caos, dolor y, a la postre, manipulación hartera. Tales desanclajes y exacerbaciones trastocan causas como el feminismo, los derechos sociales y las representaciones colectivas.
En estos ríos revueltos pescan la ultraderecha, los radicalismos nacionalistas, los intolerantes de salón —que son quienes andan tras las microidentidades ofendidas—. Las llamadas a la sensatez, a la concordia, al cultivo y respeto por el saber atesorado, caen en sacos apolillados por una terrible dejadez intelectual, una injustificable soberbia desde la más ordinaria ignorancia, una verdadera incapacidad para entender la importancia de los puentes, de la transacción, de la necesaria confianza y respeto entre iguales. Esta sociedad nuestra va siendo, cada vez más, una suma de realidades paralelas, desacomplejadamente insensibles entre sí, negacionistas, incluso. Se han hecho presas de su necedad encasillada en red social.
La incapacidad de VOX para aceptar la vergonzosa lacra de la violencia machista no es menor que la del PP —salvando las distancias— para encarar la fealdad histórica del franquismo y su represión.  Las penosas escenas de Madrid con Ortega Smith —hiératico, despectivo— afeado por Dª Nadia Otmani, resultan abochornantes para cualquier ciudadano con un mínimo de cordura y sensibilidad. Que el alcalde Martínez-Almeida, inmediato anulador de homenajes a las víctimas franquistas, le abroncara, es parte del mismo teatro: allá donde puede, el PP se apoya en los votos de estos Varones Ofendidos Xenófobos. Estos extremismos ideológicos están tan fuera de la realidad española como los independentistas catalanes. Engalanados con sus anteojeras, todos estos desconectados afiebrados viven embrutecidos su exaltación. Son los mismos que avisan de los riesgos de un gobierno de izquierdas mientras, navaja en mano, rayan pupitres con frases como: “una nación es…”.



13/11/19

DE LOS SUEÑOS

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 13/11/2019. Contraportada.

La historia de la Humanidad no es exactamente la de la felicidad. Empezando porque para bastantes, quienes no son sus propios, no son prójimos, ni siquiera del todo humanos. Somos una especie que se niega serlo en toda su extensión, que se ha inventado el bulo de las razas y procura su propio exterminio… En el colmo de la ironía nos hemos bautizado sapiens, sabios —por pensantes—, que es justamente lo que menos nos caracteriza. Tal vez habríamos acertado más con algo así como homo genitalis.
El viaje alucinado de este país hacia la caverna causa estupor. Gentes de toda condición votando, “con dos cojones” —u ovarios, gametos, elija Ud.—, a favor de dar tralla sin contemplación, de acabar con el relativismo, o de rescatar la patria a base de clamarla —en inglés, clam, almeja—. Lo hacen los independentistas catalanes instalados en una cuarta dimensión en la que imaginan a los antidisturbios como jardineros de orquídeas, creyéndose Schopenhauer porque su voluntad excede la realidad y las leyes en la persecución de su mundo ideal —del que sobran tantos charnegos y botiflers…—. Y a más hòsties y foc, mejor, que así damos visibilidad internacional al conflicto. Menos mal que tenemos para corregirles a los mensurados votantes de Vox, esos que se sueñan peinaditos y en pantalones cortos bávaros; otros que son también de grácil pensamiento: tanques, porra, 155, tanques, porra, 155… Y así, ¡venga la ausencia de dudas, fuera incómodas diversidades, basta de heterodoxos! Ya saben, ¡Vivan las caenas! Paletismo, sí, pero patanegra.
No confundamos cantos y graznidos, ni pesadillas con sueños, que haberlos haylos. El acuerdo firmado por Sánchez e Iglesias ayer tiene ecos de tierra prometida, es casi un himno a la alegría. Contenta que lleguemos por fin al aterrizaje de los acuerdos, a la corresponsabilidad, a la intelección de la política como servicio a los ciudadanos y no estéril guerra de banderías, egos y otras turbiedades. Habrá quien critique el gasto público y la preocupación por los de abajo en lo firmado. Echaré mi cuarto a gónadas: ¡Que se jodan! Que se recaude y gaste para beneficio del común es redistribución de la riqueza, apuesta por mayor equidad y justicia social. Al que le moleste, como dice Atxaga, que se vaya a un bosque donde solo haya pinos.