17/2/21

SLEEPY HOLLOW

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 17/02/2021. Contraportada. 

Qué sonrisa habría arrancado a Washington Irving, postrer autor de los Cuentos de la Alhambra, saber que Sleepy Hollow, el jinete sin cabeza salido de su pluma en 1820, andaría dos siglos después por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León. Una broma del destino llena de verbosidad.

Las declaraciones del presidente del TSJ en la 8 de TVCyL —“la democracia de un país se pone en solfa desde que el Partido Comunista, que es al que pertenece este señor (Iglesias), forma parte del Gobierno”— revelaron su ultraica concepción de nuestro sistema, su desprecio por el gobierno elegido en el Parlamento y su opinión del vicepresidente 2º. Además, hicieron buena la afirmación de Pablo Iglesias sobre la falta de normalidad democrática de España. No parece haber sido un lapsus, sino contumaz reincidencia. El presidente del Consejo General del Poder Judicial ya le reconvino en mayo del 2020 cuando Concepción acusó al gobierno de implantar el estado de alarma para “fines distintos a salvar a la población de la crisis del coronavirus”. No le puso verde porque de ese color ya se había vestido él solito, pero sí le recordó Lesmes que por mucha libertad de opinión que exista —que ya hemos visto que no es tanta—, hay unos límites para los miembros del poder judicial destinados a preservar su imparcialidad y autoridad como jueces. En 2019, Concepción se pronunció públicamente en contra de la exhumación del dictador Franco y la vigente Ley de Memoria Histórica, que calificó como “perversa”.

Hay quien relaciona esta logorrea con el hecho de finalizar su mandato al frente del TSJ y sin posibilidades de alcanzar plaza de magistrado en el Supremo. Sus excesos orales —tan de mal gusto como los tuits y raps de Pablo Hasél, lo que, sin embargo, no debería entenderse delito—, estarían destinados a explicitar su disponibilidad política, aun cuando con ello incumpla con los más básicos principios de su cargo. He aquí un presidente de un Tribunal Superior irrespetando la separación de poderes y, por ende, a la propia Constitución.

El tiempo dirá si todo esto le llevó a algún lado o si la leyenda de Sleepy Hollow acabó engullida por su versión hispana: andar como pollo sin cabeza. De momento, el sonrojo que producen sus palabras no nos abandona. 



3/2/21

JOSÉ ANTONIO

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 03/02/2021. Contraportada. 

 A mediados de enero, la Comisión de Fomento del Ayuntamiento de Burgos tropezó con eso que toda la vida hemos conocido como la fachada: la gigantesca inscripción de José Antonio Primo de Rivera de la catedral, conocida en toda España. Parece que al concejal popular Jorge Berzosa le asaltaron las dudas sobre si tal epígrafe estaría afectado por la Ley de Memoria Histórica…  Diestras dudas, pues también afectaron a los concejales de Vox. Uno se queda perplejo ante ciertas manifestaciones. La Ley 52/2007, con ser una legislación tibia y a veces poco comprometida, deja muy claro en su artículo 15 que habrán de retirarse los “escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”. Independientemente de la lamentable suerte que corriera el fundador de la Falange en noviembre de 1936, Franco hizo profusa utilización de su nombre y retrato para los fines de su dictadura. En nombre de José Antonio se asesinó y persiguió a los desafectos. El ausente fue un evidente instrumento propagandístico de la naciente dictadura desde el primer momento, y su culto ocupó buena parte del primer franquismo, el puramente fascista, perdurando hasta 1975.

La inscripción fue inaugurada por Franco el 20 de noviembre de 1938. El acto, recogido por el nodo, tuvo todo el boato fascista y profusa participación de las jerarquías militares y religiosas. El BOE del día 17 recogía un decreto aprobado la fecha anterior en cuyo primer artículo se declaraba el 20-N de cada año, jornada “de luto nacional”. El artículo 2º indicaba: “Previo acuerdo con las autoridades eclesiásticas, en los muros de cada Parroquia figurará una inscripción que contenga los nombres de sus Caídos…”. Evidentemente, la Iglesia, en este caso, el cabildo, fue connivente. Recuérdese, fueron los obispos quienes declararon la guerra una Cruzada de Liberación.

En la catedral que ha sustituido esculturas de piedra por otras de resina, que ha quitado los saledizos con los escudos de Falange de esta misma fachada, dicen algunos que no se puede intervenir, que toca un innecesario pastiche. Digámoslo llanamente, esto es pura desvergüenza e incumplimiento flagrante de la Ley. Otrosí, evidencia la escasa convicción democrática de algunos políticos y tonsurados. Todo un baldón para el VIII Centenario.