27/12/22

NAVIDAD EN GUZMÁN

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 27/12/2022. Página 5.

Después de un año amargo, con su buena carga de penas, soledad y espinas, las Navidades se presentaban como una prueba difícil, incómoda. Pero en la vida siempre alguien puja y pide paso, y uno, por los hijos, suma fardos y echa espaldas, a ser posible, con la sonrisa que merecen los vástagos amados. Así arrancó la decisión de una Navidad distinta, más que lejos, distanciada de penas, en un pueblo desconocido. Una Navidad en Guzmán.

Hay en la Ribera del Duero una villa amable, hermosa en hechuras y casas, en bodegas y, sobre todo, en gentes. Guzmán suena a guerreros que, cuentan, vinieron del norte en banda goda, rubicunda, para algo de una reconquista. Es pueblo de mucha piedra añeja y noble, con portentoso templo que exhibe torre épica, casi de homenaje. Tiene su buena ermita con Virgen amable, la de la Fuente, preocupada por el segundo líquido más importante, que el primero se embotella en la cooperativa de la zona, Torremorón, con un roble homónimo que quita el sentido.

Nuestra Navidad ha transcurrido en el Palacio de Guzmán, un encantador palacete renacentista que regenta Helena, nuestra particular Befana. Alojada toda la familia, perro incluido, en la habitación que culmina la torre sur, contemplamos el hondo valle del Duero, los viñedos y el verdear del trigo. Nada más llegar, mi hija Aitana desapareció con un grupo de niñas y el resto fuimos invitados a presenciar el festival de Navidad. En la iglesia, el pueblo entero, autoorganizado, se celebró entre versos y cuentos, canciones y recitados frente a un impertérrito San José, una joven María y un inquieto Jesús. Unos hablaban del solsticio, otros del burrito y el niño, los peques en coplas, los mayores en endecasílabos. Hubo palmeos, chelo y flauta, felicitaciones reivindicativas, y hasta Gloria Fuertes se asomó. A la salida, un belén viviente obsequió con vino, pastas y arenques a una concurrencia apretada y cariñosa, generosa, con unos reyes majos, aunque imponentes ─ Gaspar, metro noventa…─.

Cenamos junto al fuego, pasamos la noche jugando y dormimos libres de todas las penas. El 25, cumpleaños de Alejandro, se fue entre regalos, paseos y buenos caldos que culminaron con un señor lechazo proveniente de la panadería. No se podía pedir más. Guzmán, sus gentes hermosas y cautivadoras, nos salvaron las Fiestas y, hospitalarios, nos regalaron un destello de felicidad.




13/12/22

¡AÚPA, MARRUECOS!

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 13/12/2022. Página 5.

Me había prometido a mí mismo que no me engancharía al mundial dada la sobreobscenidad que supone esta convocatoria. Entiéndaseme, no era por los evidentes sobornos que han mediado ─siempre los hay en esto de los mundiales─, al parecer propios de un Harún al-Rashid y que consiguieron que Estados Unidos perdiera su chance cuando ya lo daba por hecho. Tampoco por el absurdo de hacer campos de futbol en el desierto o de poner un calendario lisérgico… Lo que me encendía era cómo a golpe de sus gasodólares, los jeques qataríes nos han hecho bailar al ritmo de su amoralidad escandalosa, de su furibundo machismo y de su completa falta de respeto de los Derechos Humanos. Las denuncias de accidentes mortales, de condiciones laborales indignas y sin coberturas sociosanitarias han tenido su hueco en portadas, sí, pero sin demasiado peso real en nuestras latitudes dado que los explotados y fallecidos eran mayoritariamente indios, pakistaníes, bangladesíes, nepalíes… Talonario mediante, los jeques cataríes nos han contado el cuento 1002 de las mil y pico noches mostrándonos hasta qué punto nos gusta participar del engaño ese que habla de valores deportivos, como si jugar al fútbol nos hiciera mejores personas…, cuando lo que nos gusta es berrear hasta desfondarnos en apoyo de los nuestros y aniquilación de los otros. En fin, que todo lo relativo a esta convocatoria ha sido, es, una auténtica tocada de gónadas.

Finalmente, como un balón tira más que dos melones, y tras el desengaño y desfonde de la apuesta española, he acabado interesándome por la competición y, además, con quien menos lo sospechaba: Marruecos. La manera como ha planteado Walid Regragui el juego de su selección está lleno de pureza, ambición, inteligencia, lucha, entrega y fuerza. Marruecos está jugando desde las entrañas, desde la ilusión más pura que, lo saben, es la de millones de marroquíes. Entre tanto polvo arábigo corrupto y deshumanizador, los leones del Atlas andan repartiendo felicidad a gente que necesita de esta reivindicación de orgullo y fiesta en medio de vidas de tremendos sacrificios y renuncias. Y yo no puedo sino alegrarme por ellos. ¿Cuántas veces tendrán a su alcance celebrar de esta manera conjunta y feliz, poder disfrutar de sentirse arrobados de sueños y posibilidades que tan caras y escasas suelen ser en la vida real? ¡Aúpa, Marruecos! Si alguien se merece ganar este mundial, reconozcámoslo, sois vosotros.