29/5/19

FAS O NEFAS

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 29/05/2019. Contraportada.

Las últimas elecciones han dejado al aire las vergüenzas de una ciudad que se debate entre negar la posmodernidad para confundirse en viejas nieblas, o abrazarla con excesivo afán.
Una vez más, se ha constatado la persistencia del voto conservador y nostálgico que ahorma a PP y Vox:  un 33% del electorado. Cs, recogiendo al resto de náufragos de la desolada derecha y centroderecha —exUPYD, excomuneros, neoliberales, y mediopijos viajados—, aporta casi un 17%. En total, 50% de los votantes ejercientes, o lo que es lo mismo, un muro cuyo mayor proyecto para la ciudad pasa por convertirla en una recreación de Los pilares de la tierra.
En cuanto a la alternativa, el PSOE ha cosechado su parte precisa, pero, por favor, sin engaños. Por más que lo repita de la Rosa, sus resultados no se deben a haber sido la muleta del equipo de gobierno Popular —eterna gratitud le debe el beneficiado y resistente senador Lacalle—, sino a los favorecedores vientos Sanchistas que han recorrido España. En cualquier caso, el 36% socialista es insuficiente. Dada la trayectoria de Marañón en Cs, cabe esperar pocas alegrías para el PSOE y aledaños marginales de esa orilla. Y ahí topamos con el desastre y sinrazón de la izquierda, el socio incompareciente.
Descompongamos la miseria. Como en casi todos los sitios donde Podemos participó en mareas y confluencias en 2015, también en Burgos ha sacado mejores resultados que aquellas por separado. Primer análisis para Imagina, que tan alegremente propició la expulsión de dos ediles claves para el proyecto de transformación. (Cierto que no hubo intentos serios de recomposición por ninguna de las partes). Segundo, si tan convencidos están de la necesidad de cambio, solo cabe una refundación de la izquierda que permita superar la irreductible y dañina identidad de los microgrupos que la componen, con Podemos a la cabeza. Hay que fijar unos mínimos comunes básicos, estrategias claras y unas lealtades necesarias. Está claro que el horizontalismo excesivo, hogar de ambigüedades y diletancia, casa mal con sociedades complejas envejecidas. Así se evitará errores como sumas que restan —castellanistas—, agrupaciones locales cainitas que se declaran independientes de las estrategias nacionales —IU/EQUO— y filibusterismos vergonzantes como el del sin par Manjón.
Arrancan tiempos exigentes de inteligencias que no se acaban de vislumbrar en el horizonte.



15/5/19

CORDEROS QUE RUGEN

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 15/05/2019. Contraportada.


   Leo con curiosidad y estupor la entrevista practicada al cabeza de lista de Vox a las Cortes regionales. Sus medidas palabras recorren el prontuario del partido buscando, como vienen haciendo en el resto de Europa, desproblematizar su ideología: “somos gente normal”, afirma oportunamente. De “centroderecha”. Acabáramos.
   Vox es un indudable hijo de la crisis en un sentido muy diferente al grito de las plazas del 15-M. De la movilización iniciada en mayo de 2011 salieron reivindicaciones de nuevas políticas buscando conquistar un futuro que entendían robado por un sistema corrupto y especulativo. Vox llega de la mano de las empresas de seguridad y alarmas, de su machaqueo constante en las ondas afirmando el miedo: nos quitan lo nuestro, se meten, nos invaden, nos insultan e injurian sin respeto. Así lo soltó antes de ayer Rocío Monasterio en Madrid reclamando el uso de un cuchillo jamonero.
   Son gente normal. Por supuesto. Y el votante incauto debe enterarse de una obviedad: no tienen cuernos y rabo. La historia, la filosofía y las ciencias políticas nos han enseñado que es la gente corriente la que, jaleada desde sus miedos e inseguridades, provoca el horror. Apelando a la nostalgia de lo ido, a las sensaciones enfrentadas con los cambios tecnológicos, a las pérdidas de poder y preeminencia machista, a la percepción de fragilidad que da la madurez, a todos los miedos, temores y llantos, se construye un sentimiento de orfandad afrentada. Ante eso, solo cabe prometer un esplendoroso retrofuturo convenientemente acaudillado, embanderado y testosteronizado. Bajo las faldillas, la religión se embosca con altisonantes proclamas de valores como invoca el socio financiero hazteoir. Lo religioso es, simplemente, político.
   Primero el miedo, luego la promesa de su fin: juntos, al calor del grupo de verdaderos españoles. El resultado: la reunión de corderos que rugen creyendo que balan. Vecinos normales que, aporafóbicos, racistas, homófobos, machistas, fundamentalistas y pijos se niegan a aceptar que la vida es complejidad, diversidad, descontrol y azar.
   Vox reclama el gonadismo como actitud ante la vida: la política es, dicen, echarle güevos. Y querer mucho a tu país y su bandera. A los demás nos dejan lo difícil: luchar por la igualdad y la equidad, por la justicia social. Y querer sin dar gritos. Ni golpes.


 George Grosz, "El agitador", 1928.

1/5/19

DEFLAGRACIÓN

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 01/05/2019. Contraportada.

El nivel de análisis de nuestros políticos parece inversamente proporcional a los resultados obtenidos el 28 de abril... Achacar simplicísimamente a la fragmentación los malos datos de las derechas, supone hacer una lectura alicorta, cuando menos. Muestra, además, una profunda desconexión de la realidad. Si la preferencia del poder empresarial pasa por anaranjar al próximo gobierno, ¿con quienes se reunían los estrategas de la radicalización del PP todo este tiempo? ¿Y el sapientísimo Aznar, no es responsable de haber alentado esta chaladura?
La imagen dada por el partido popular ha sido la de un pollo sin cabeza: vendettas internas, sinfín de ocurrencias, provocaciones innecesarias, propuestas peregrinas, junto a la sensación de tener marcados los temas por el ultragonadismo. Súmese la absurda pretensión de que la corrupción sistema ya no estaba entre ellos… Lo suyo era, es, el retrato de la descomposición. Hasta el lema de campaña ha sido una auténtica proyección de sus terrores... El menosprecio al votante conlleva, inevitablemente, el abandono de este.
No es una mera cuestión de sumas y restas. Se trata de política. Los ciudadanos han votado en contra de riesgos, corrupción y amenazas extremistas, pero también han valorado las propuestas que encerraban un proyecto de mejora social.
Pero el río sigue llevando agua… Con el 26-M veremos los efectos de la otra fragmentación, la de la izquierda. Los hiperliderazgos castradores de toda transversalidad real, junto con los personalismos de mediocres, el mantenimiento de siglas agonizantes, han hecho de los ilusionantes procesos de conjunción municipalista un cierto desastre. La anteposición infantil e inmadura de pequeños yoes, de camisetitas con mensajes provocadores y contrarios a la línea de partido y al equilibrio interno, la falta de generosidad negociando listas y puestos muestran, también, el desprecio por los votantes, que no deben ser confundidos con el grupito de exaltados que fueron a la última asamblea… Y esto, por suerte o por desgracia, supone una última oportunidad para que el PP de Casado trate de salvar los muebles antes de entrar en bancarrota.
La segunda vuelta electoral de las locales/regionales/europeas será el punto de despegue de la nueva fase de reconfiguración del panorama político español. Pero, como cuando se produce un vertido tóxico, lo haremos entre centenares de cadáveres de siglas y peces…