31/10/18

FRANK O’LANTERN

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 31/10/2018. Contraportada.

Crepúsculo de la noche de los muertos vivientes. Asordinado, emerge el rumor de cadenas que acompaña al caudillo-cadáver. Le preceden gemidos y el entrechocar óseo de los taconazos saludadores, húmero enhiesto. La fantasmal hueste avanza torpe, incordiada por las gualdrapas y correajes desajustados. Las antorchas rompen la noche negra amarilleando ijares y demás usos de cocido. Al frente de la estantigua, el caudillo-cadáver, impertérrito, duda. Como siempre.
Los restos —los restos de los restos— tienen poca prestancia. Extraña su bayo morófobo y antisemita que le hacía parecer un dios encapado. El ausente le insulta y desprecia por el engaño y robo de la mesnada. El caudillo-cadáver, sordo a todo pensamiento, estira su escasito 1,63 mientras el otro le rumia maldiciones oídas en tablaos finos.
Le dan miedo los monjes. Sin rostro, encapuchados tras su miserere gregoriano, los oye recorrer el piso superior sin que sus rezos le den beneficio alguno. Gorigori. Nada es como esperaba en esta oscura eternidad calcárea. Se aburre aún más que en vida.
La hueste se inquieta. Se barruntan cambios. Andan desapareciendo huesos… Llegan voluntarios vocingleros, estos vivos, pidiendo cambio en las guardias y retretas. Se pide rearme. ¡Apretad!, les dice la aflautada voz.
Su Excelencia, han llamado del Gobierno. El caudillo-cadáver mira abúlico desde sus cuencas vacías. Dicen que se acaba la cruzada y la sopa boba… Vuecencia marcha.
Silencio entre las osamentas. ¿Para esto hemos hecho una guerra? ¿Qué fue de tanta tortura y muerte, ocultaciones y robos, tanta miseria y opresión? ¿Qué se hizo de nuestro terror? ¿Dónde fue nuestra inmisericorde victoria?
Secretarios y escribanos con máscaras de pájaro dan fe de la ponzoña y malestar del mísero amasijo. ¡Cuál es el destino!, graznan camisas viejas. ¿Qué dice Roma?
Las sombras descarnadas se remueven. ¿Justo ahora, cuando tanta promesa hay de retornar a Ítaca? El caudillo-cadáver, padrecito, aviva el cloqueo nacional. Quien se cruce el desfile es arrastrado hasta las cumbres del Moncayo… Hasta aquí llega el baile del perro All Hallows' Eve.
Perdisteis la historia, Excelencia. Sois la sombra del mal.
Con lo que a él le hubiera gustado un entierro en alta mar…



17/10/18

EL 'PATRIOTA'

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 17/10/2018. Contraportada.

El PP del joven Casado se ha posmodernizado de un plumazo y se ha hecho hater. La generación tecnológica ya está al frente de la franquicia. Casado ha entendido que la supervivencia del partido pasa por la agitación del votante, por su instalación en una suerte de histerismo permanente. Busca emular la sensación de acoso y necesidad de lucha lograda por sus lisérgicos colegas cataloindepes.
Los análisis big data de Teodorín García le han llevado a concluir que el PP debe pasar por un proceso de podemización. En una interpretación peculiar, confunde el valor de la ira de los desfavorecidos y pobretes que hartos de la precarización de su presente y futuro salieron el 15-M —unos mediocres, según los salesianos—, con la actitud de pijo ofendido ante tanta cutrez socialdemócrata a su alrededor.
En su desconcierto posmo —acude a la receta de Samuel Hungtinton para los blancos norteamericanos en los 90, tal y como hace hoy Trump—, Casado clama ira sobre la advenediza izquierda que, paradójicamente, le ha aupado al control de su partido, corrupción mediante. Y para tapar la hediondez, toca clamar al orgullo ofendido sobre una casposa base nacionalista.
La eficaz estrategia busca tender puentes intergeneracionales: a los jóvenes desmemoriados, para evitar su pase a C’s, los enardece en instragram con mucha bandera y una retórica que venden atrevida y valiente —aunque solo sea la reanimación de la vieja fraseología franquista—. Una vez soltada la soflama sobre “la nación más vieja de Europa”, la peculiar comprensión de la Hispanidad y del día de la raza, del peligro de los inmigrantes y demás mantras nacionalcatólicos, trata de revolver el río de la nostalgia para ganancia en el mayor caladero de sus votos, el de la tercera edad.
Así hemos llegado a la plena deslealtad y, dejémoslo claro, antipatriotismo. Ante el menor asomo de posibilidades de que el Gobierno de España pueda desarrollar sus políticas, se planta en Bruselas a poner a parir a nuestro Ejecutivo, ¡qué diantres, a nuestro país!
Así es la condición posmoderna, su visión fraccionada de la realidad le hace incapaz de solidaridad global o respeto institucional. Casado solo es capaz de expresar lealtad con Orban, Le Pen, Salvini, Åkesson o Kurz pero, siquiera desde la discrepancia, no con su gobierno.


3/10/18

EL CIELO Y LA TIERRA

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 03/10/2018. Contraportada.

Da igual la verdad. La verdad histórica, la verdad social, la verdad política. Siempre ha sido así. Importa el programa, la ambición, la pretensión…, lo demás vienen siendo mimbres a su servicio. Este es, lamentablemente, el marco en el que se desenvuelve una parte importante de la política.
Hemos estudiado hasta la saciedad los procesos nacionalistas decimonónicos, con su invención de las naciones y su simbología, su pretendido rastreo milenario de la etnicidad, del pueblo, el forzamiento —cuando no invención— de la historia. Muchos de estos proyectos eran revolucionarios porque prometían derechos nunca detentados por el común de las gentes, eternos súbditos a merced de los privilegiados. El siglo XIX fue rico en invenciones y manipulaciones, como también lo eran los niveles de incultura, pobreza y desesperación. Hubo proyectos políticos integradores y otros basados en el reduccionismo de la identidad a una religión, a una lengua, incluso a las dos cosas.
Hoy, dicen algunos, las cosas no son así. La mirada autocomplaciente sobre los niveles educativos generales, sobre el acceso a la información y a la tecnología, la extensión de los derechos, parecerían perfilarnos como una sociedad que se mueve por la razón, la responsabilidad y la equidad… (Risas).
El problema catalán, con su cierta complejidad y malbaratamiento de oportunidades, tiene también mucho de viejo. En la invención de la historia, la obsesiva construcción de la diferencia, en la manipulación informativa, en la inflación de agravios, en la reducción de la comunidad a la tribu. La multiplicación de medios y redes vuelven al universo del carisma, a la idolatría por la identidad… Todo ello en un ámbito summum del desarrollo, de los derechos y las libertades individuales. Una realidad paralela ha suplantado a la vieja cotidianidad. Y ante las huestes enfermas de necesidad de ser, se van sucediendo los profetas, los jeremías políticos llenos de misión y nación: “La tierra se vuelve cielo si pierdes el miedo. No tengáis miedo a ser hombres”, espetó con aire frailuno el presidente de la Generalitat, Joaquim Torra a sus manifestantes cual mesías profiriendo el sermón de la montaña. Luego añadió lo de “apretad”, recordando a aquel otro gran timonel, Xavier Arzalluz, jaleando a “los muchachos”.
Los cachorros y la luna. O de cómo el sueño de la razón produce monstruos.