DIARIO DE BURGOS, 22/12/2021. Contraportada.
La errática
aventura política de Ciudadanos se extingue definitivamente. El increíble
partido menguante no ha perdido oportunidad de perder una oportunidad.
Desperdició la esperanza que representó en Cataluña frente al independentismo
disolviéndose en una improductiva nada; desnortó su sensatez primera abrazando
un españolismo banderillero y gritón; dilapidó un cierto capital reformista,
moderado, reivindicativo de una ética casi puritana, para convertirse en
inexplicable apuntalador de gobiernos tuertos y cojitrancos. En su
metamorfosis, ha llegado a disputar un espacio próximo a la extrema derecha. Para
el recuerdo quedan primarias trucadas, fichajes a lo Florentino y el
endiosamiento de un líder que nadie extraña. Un balance triste (y merecido).
Antes de ayer,
los restos regionales naranjas sufrieron un duro apuñalamiento que nadie podía
tachar de inesperado, si acaso de completa inelegancia. Un tuit a lo MAGA daba
por terminado el gobierno de coalición con unas razones que casi parecían una
pantomima de las que usó Silvia Clemente para abandonar el barco de Mañueco. El
presidente JCyL ha decidido fiar su futuro al de Pablito Casado cambiando la I
de Paco por la E de T-García, o lo que es lo mismo, hacer su propio Murcia. La
fiable y severa Castilla y León en la que, no olvidemos, ganó las últimas
elecciones el PSOE, convertida en un Ohio del jueguito que la derecha se trae
con las dinámicas trumpistas/orbanianas, que es el mismo perro internacional.
Toda vez que C’s era ya una célula durmiente del PP, el tándem Casado/Mañueco
impulsará el experimento todavía no ensayado: invocar a los orishas Le Pen,
Orban, Kaczyński, Salvini y alentar así el voto para el hijo pródigo extremista
(los Varones Ofendidos y Xenófobos), necesario contrafuerte en época de
banderías y gobiernos arcoíris.
¿El resultado?
Una terrible muestra de irresponsabilidad para con la población
castellanoleonesa. Adiós a aquella cordura y protección que invocaban los de la
Perla Negra y las Eólicas. Adiós a la adormecida confianza en el sistema regional.
Estamos ante “lo que faltaba”, una grotesca evidencia del desprecio a la
ciudadanía, abandonada a sus reverdecidas angustias y terrores pandémicos. Como
en la máxima sobre la tentación de Oscar Wilde, pretenden vencer al ayusismo cayendo
en él, con sus mismas armas.
¿Cuánto de
estas cuentas desharán Soria ¡Ya!, León ruge, Burgos Enraíza, etc.? De momento,
domina la sensación de abandono, y de hastío. Ni test de antígenos han dejado…