22/1/20

¡ARRIBA, PIJOS, A VENCER!

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MAT
DIARIO DE BURGOS, 21/01/2020. Contraportada.

El salón es oscuro. Alzapaños con borlas doradas recogen los cortinajes espesos que, entre visillos, detienen la atmósfera. En el centro, coronado por una lamparilla de latón dorado, un óleo muestra al abuelo —mentón rotundo, soberbio, ojos desvaídamente azules—, con guerrera, correaje y medalla de la campaña, pasador verde. Frente al retrato, el viejo sofá de piel luce funda de lazos desbocados, profusión de almohadones estampados con cacerías inglesas. Junto al ventanal, la vitrina exhibe figuras de Lladró, platos isabelinos y un Cristo de Plata en el Gólgota. En el rincón, un mueble costurero acuna junto a su lámpara dos butaquitas que parecen reclinatorios frente a una pasable copia de la Inmaculada de Alonso Cano. La esquina opuesta es de un bargueño infuloso transformado en mueble bar donde conviven el gran duque de Alba con el cardenal Mendoza y el conde de los Andes. Al otro extremo, un armario librería de nogal vigila libros del padre Luis Coloma, la colección Ancora y Delfín de Destino, los Episodios nacionales y los veinticinco volúmenes del Summa Artis. Salvo por el detalle de algunos tomos y etiquetas, lo mismo da que sea 1946, que 1979, 2001 ó 2020... El águila sigue en la bandera.
Familias custodias de tales santuarios perpetúan el sueño de plomiza gloria imperial y las pesadillas con los de la FUE y la FAI, luego con los comunistas. Recuerdan a los apuestos jóvenes de mahón, enzunchados, que defendían su honor de clase y fe. Mantienen vivos los horrores del asesinato del tío claretiano, de la prima monja carmelita, eternos en sus estampitas, y dan a leer a cada vástago que llega a don Agustín de Foxá. Los domingos, entre torrijas de la Antigua pastelería del Pozo, recorren en familia los agravios a España, la irrupción de los izquierdistas, el fluir de los sarasas, de las desentrañadas feministas, la invasión de moros, el asco de este Papa...
Viejunos y de boutique a un tiempo, son linajes de club de tenis y paddle, de mucho bridge y locuras mediterráneas. Su modernez es de alianzas y encastes. Y así llegan a presidentas de comunidad autónoma o a alcaldes de la capital.
Ahora se entiende de dónde sacan eso de comunistas, checas y fusilamientos... Retrofuturistas, en fin.



8/1/20

... Y EL VIVO AL BOLLO.

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 08/01/2020. Contraportada.

En estos tiempos empantallados, de compulsivo consumo de series a cada cual más rocambolesca, con villanos terribles, conspiraciones permanentes y normalizada presencia de seres mágicos, mucha gente vive su cotidianidad de manera psicótica, con cierta confusión entre la realidad y la ficción, presos de una angustia innecesaria, embebidos de apocalipsis. Los medios presentes, bajo la ilusión de elecciones personalizadas, permiten esta construcción de realidades en paralelo, refugio de alumbrados, que en su condición de masa virtual —grupo de WhatsApp o hashtag de turno— sienten confirmados sus alterados temores. Esto vale para los ofendidos de toda orientación, los ultras, los nacionalistas de cualquier bandera, los fundamentalistas del credo que fuere, en fin, los intolerantes. Son grupos en ascenso, impulsados por una ira ciega que mucho tiene que ver con la incertidumbre, la precariedad, la desigualdad y la pobreza de nuestras sociedades.  Y no es paradoja. Es mucho más conveniente a los intereses de las grandes fortunas y corporaciones alentar tales enfrentamientos generando culpables reconocibles, que tratar de reformar las estructuras —leyes, instituciones, costumbres— que perpetúan la injusticia y la desigualdad.
Estos, y no otros, son los mimbres de nuestra actualidad. Tenemos la sociedad más desigual desde la reinstauración de la democracia y unos se plantean hacer una política correctora de tales desequilibrios —en minoría, en coalición, con aliados poco confiables, sí—. Otros insisten en permanecer ajenos a la realidad —que el mercado regule, o lo que es lo mismo, desregulación absoluta e inequidad naturalizada—, mientras entonan soflamas antiguas y se envuelven en banderas airadas y ofendidas.
Tenemos Gobierno. Y no tiene por qué ser malo, pese a lo que predica la caverna. Una parte importantísima de quienes se oponen a este gobierno están muy necesitados de las reformas que el Ejecutivo pretende acometer.  Es curioso que cuando se prometen más derechos y seguridades para los más desfavorecidos, salgan en tromba las trompetas del fin de España… Lo que hemos visto estos días en el Parlamento muestra hasta qué punto se ha banalizado la política, cómo los representantes de la soberanía nacional han devenido en starlets, en famosillos de reality show buscando la foto fácil por mostrar una ocurrencia chusca, un postureo mañoso, una indignación impostada.
Ojalá al Gobierno le vaya bien, pues nos irá bien a todos. Y ojalá el Congreso se pueble de gentes como Aitor Esteban, ejemplo de dignidad y sensatez, de política responsable.