20/9/17

HURACÁN

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA.
DIARIO DE BURGOS. 20/09/2017. Contraportada.

 He de reconocer que, como a millones de españoles, estoy del tema catalán hasta las gónadas. Pongo la radio y me largan la última intervención de la guardia civil confiscando papeletas o carteles; me asomo a la televisión y veo a Puigdemont o Junqueras dándose un baño de masas; abro un periódico y todo son frases altisonantes y disparatadas. Lo invade todo: portadas, tertulias, editoriales, columnas…
Sí, el asunto es grave. El anunciado choque de trenes ya está aquí. Avanza con parecida angustia a la que viven en el Caribe la llegada de cada huracán: se mide la velocidad de sus vientos, el posible itinerario destructor, mientras acopian agua, velas y aseguran ventanas y tejados… Pero aquello es un fenómeno atmosférico incontrolable y lo que tenemos aquí es fruto de la sinrazón intolerante, de los intereses espurios de cada parte.
La población no militante en el paroxismo asistimos al espectáculo de la pantomima del Govern catalán tratando de mostrarse víctima de un Estado totalitario que estaría matando la democracia que solo ellos dicen encarnar… No menos trágico resulta ver al inmovilista Gobierno del PP listo para envolverse también en la bandera y acabar con cualquier atisbo de pensamiento y razón a través de la asfixia financiera y un farisaico amor por la Ley. Ambas partes claman el “o conmigo, o contra mí”, exigen lealtades o, como dicen en la jerga política, que cada partido político se retrate, tal cual ha buscado con poco éxito Ciudadanos en el Congreso.
Como profesor universitario he recibido una solicitud de apoyo a un manifiesto que declara unilateralmente culpables a los independentistas, exige firmeza al gobierno y define como buen español al que apoye las decisiones que ha de tomar el gabinete presidencial. Y no, esa no puede ser la vía de la razón. Es indudable que a los independentistas se les ha servido el oprobio cuando el PP recurrió la reforma del Estatut, y que la posterior crisis económica ha sido el marco perfecto para esta escenificación en la que los dos partidos más corruptos del país se enfrentaran impasibles en su ademán. Tiene que haber otra forma de ser españoles, terceras vías que apuesten por el diálogo y el encuentro. Desacreditar esto y apostar por el huracán… será de machotes, a mí no me provoca más que hartazgo y tristeza.


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