DIARIO DE BURGOS, 06/02/2024. Página 5.
¿En qué fango
de estupidez hemos acabado? ¿Cómo es posible que con el dolor que nos ha
causado el terrorismo, banalicemos esta lacra con tal de sacar réditos
políticos? Los penosos sucesos de Cataluña, con toda la desafección que
mostraban con el resto del país, con la obvia e irresponsable manipulación hecha
por los convergentes, no fueron, todos lo vimos, actuaciones terroristas. Fueron
manifestaciones contrarias a nuestro sentir ─no menos que otras que ha habido
en Colón─, muchas con disturbios callejeros y vandalismo, sí, pero equiparlo a
terrorismo ¿dónde deja eso lo de Ferraz o Gamonal? Beccaria se removería en su
tumba; y reclamaría legislar para la convivencia, no para la represión.
La semana
pasada, la alcaldesa de Burgos agradecía en un tuit a García-Castellón que no
fuera aprobada la Ley de Amnistía en el Congreso. Inaudito. Era tanto como
reconocer que el magistrado actuaba al dictado del Partido Popular. Eso mientras
en Bruselas el PP mostraba a Europa que considera el CGPJ una propiedad
inalienable.
La derecha
─sin distinción de siglas─ se ha convertido en el gran problema de la
democracia, en movimiento antisistema. Se dicen liberales ─raíz del modelo
actual─ pero conspiran contra los principios formulados por Locke y Montesquieu
para evitar el acaparamiento de poderes. Han desvirtuado el poder judicial de
manera grave; irrespetan los mandatos constitucionales ─como con el bloqueo a
la renovación del CGPJ─; montan causas falsas con funcionarios
corruptos/fanáticos para persecución de rivales políticos; incumplen
flagrantemente leyes vigentes del ámbito laboral, de igualdad, memoria,
asistencia social; vacían los presupuestos públicos que deberían atender a la
sanidad general, al sistema de pensiones, a la enseñanza pública, para
beneficio de sectores privados que encarecen la vida, dan peores servicios,
pero financian sus políticas y campañas; pretenden cambiar el funcionamiento de
órganos constitucionales, como el Senado, para interferir la lícita acción del
Gobierno; desarticulan el sistema tributario, concebido para desarrollo e
impulso del país y una mayor equidad entre los ciudadanos, buscando cimentar la
lucha de clases; mienten constantemente sobre economía, sobre empleo, sobre
ciencia, sobre sostenibilidad…
Hablan y
hablan de España, pero para confundirla y cabrearla. Nos engañan con fruslerías
mientras tratan de hurtarnos construir, sostener una sociedad decente.
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