30/9/25

ENSEÑANDO INTOLERANCIA

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA.
DIARIO DE BURGOS, 30/09/2025. Página 5.  

En el instituto Sagasta de Logroño han expulsado a una muchacha por ir a clase con el pañuelo islámico. Eman Akrab es española de origen pakistaní y cursa el exigente bachillerato internacional, que en La Rioja solo se imparte en este centro. Eman es una buena estudiante, quiere hacer Derecho, tal vez en una universidad extranjera. De momento, su nuevo instituto le ha enseñado que es de segunda clase.

¿Cómo es posible creer que lucir el hiyab conculca la obligación “de acudir al centro con vestimenta adecuada” (art. 80.4 del nuevo reglamento del instituto)? ¿Cómo puede equipararse el pañuelo a una gorra de beisbol, a una actitud irrespetuosa? ¿Cómo puede caber en la cabeza de un educador que la inflexibilidad, las restricciones extemporáneas, la intolerancia con las diferencias culturales, son más importantes que el propio deseo de aprender e ir a clase de una adolescente? ¿No entienden que en este y otros casos condenan a las jóvenes a la incomprensión y al abandono?

La Consejería de Educación dice que es discriminatorio ¡para sus compañeros varones! El centro, que la decisión de prohibirlo ─interpretando algo no recogido en el reglamento─ es “por motivos de seguridad, de igualdad de género y de vigilancia en los exámenes”. Colijamos:  musulmana que porte el velo es ladrona, conflictiva y tramposa.

¿Puede tener algo que ver que La Rioja tenga la quinta comunidad pakistaní más grande de España? ¿Por qué que una muchacha quiera, conforme a sus creencias, en plena pubertad,  protegerse de la hiperhormonación de sus compañeros ─con los problemas de una juventud pornificada y escorada a la ultraderecha─, ha de ser visto como un atentado contra los varones? ¿Cumplen mejor el art. 80.4 las muchachas que van con shorts y microcamisetas, los chicos que llevan los pantalones a media pantorrilla? En realidad, la mayoría de los compañeros de Eman se han manifestado a su favor. Los adultos ─Consejo Escolar─ prefieren instar medidas segregadoras en un instituto público en el que se puede enseñar religión católica, pero no permitir que las chicas acudan con el hiyab.

Parece que el Bachillerato internacional de Logroño es de gran cortedad de miras, poco o nada multicultural, ajeno al mundo y a la propia realidad de la Rioja. Más allá del art. 16 de la Constitución, es cuestión de humanidad, de convivencia, o en su defecto, de racismo, de clasismo y de machismo.

¿En qué piensan los que deberían enseñar a pensar?




 

16/9/25

FRENTE AL HUNDIMIENTO MORAL

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS. 16/09/2025. Página 5. 

Después de la II Guerra Mundial, el filósofo Theodor Adorno afirmó que escribir poesía después de Auschwitz era un acto de barbarie (1951). No pretendía prohibir los poemas, sino enfrentar a la sociedad post II Guerra Mundial a la dolorosa incongruencia de aspirar a la belleza constatado el horror vivido en los lager.

La reflexión del filósofo quedó flotando en el aire, debatiéndose. Una década después llegó el juicio a Adolf Eichmann, magistralmente contado por Hannah Arendt en sus crónicas del New Yorker, de donde emergió su reflexión sobre la banalidad del mal.

La historiografía sobre la Guerra y el Holocausto dio pasos importantísimos para ir más allá de la narración bélica o las biografías de los grandes protagonistas y preguntarse por las raíces de aquella inmensa locura colectiva y sus complicidades. ¿Conocían o no los alemanes corrientes (categoría que quedó para la posteridad) los campos de exterminio? ¿Podía la sociedad alemana en su conjunto ser considerada cómplice de la barbarie genocida nazi? Lamentablemente, la respuesta no podía ser más que afirmativa. Denunciaron, asesinaron, se enriquecieron (por robo, expropiación, explotación) a costa de los judíos, disfrutaron del poder sobre las miserabilizadas vidas ajenas, colaboraron, contrataron, sostuvieron la solución final.

Pero como había que mirar hacia delante, las culpas debían negociarse y hasta olvidarse. Había una razón aparentemente positiva: la necesidad de construir una democracia que ayudara a superar la posguerra y que evitara la repetición de hechos tan terribles. Al final, un peligroso precedente que mostró que fueron muy pocos, Nuremberg mediante, los que pagaron sus culpas.

En España somos duchos en esto de mirar adelante, o como dicen otros, en pasar página, en definitiva, una estrategia para evitar la carga de la responsabilidad, la asunción moral de la culpa. La misma derecha que niega la memoria histórica y democrática es la que estos días alienta y sostiene el genocidio de Israel, que hace de los palestinos una subespecie deshumanizada, exterminable. La vida es política, como señaló Aristóteles, y el deporte de lo que más. Las protestas en La Vuelta han conferido respeto y valoración ética a España internacionalmente, de eso no hay duda. Frente a la sucia y cómoda complicidad, es necesario volver a las preguntas de Primo Levi en Si esto es un hombre, y aclarar si como Humanidad defendemos el derecho a la vida y la denuncia de la barbarie. O negamos el genocidio.

                         Asociación de profesores de dibujo de Madrid.


8/9/25

MATAR CON EL VOTO

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
     07/09/2025 

Llegada la media veda y con el campo infernado, sujetos como el nefando Tellado, regurgitan su reclamo fascista de las fosas. La argucia es propalar barbaridades para tapar sus muchos engaños e ineficiencias; para, una vez más, decretar, matonismo mediante, olvido.

En un tiempo de encumbramiento de la estupidez y la incultura, personajillos de este jaez mienten en sus currículos para atribuirse falsos títulos académicos. El asunto es grave porque, ayunos de saber real, pretenden aleccionarnos sobre economía y gestión sin saber hacer la O con un canuto. Desde sus diplomas inventados y nula experiencia laboral, convencen a los necios de que bajar los impuestos es lo inteligente y correcto. Los zotes, en su orgullo zotal y tribal, asienten mientras cavan su desgracia y la de todos.

Los impuestos son la base de nuestra sociedad, gracias a ellos se ha conseguido el inmenso avance que supone la democracia frente a la vieja sociedad estamental del privilegio en la que unos pocos acaparaban todo.

 Quien vota a los que prometen bajar los más que razonables impuestos españoles, no solo atenta contra nuestras bases democráticas, se convierte en cómplice de la muerte de pacientes que esperan un diagnóstico urgente o una atención médica vital, impide la construcción de hospitales, favorece el aumento de las listas de espera, el cierre de centros de salud y escuelas en el ámbito rural, anula la investigación científica, convierte la educación en un erial, hace que la Justicia se eternice, que la vivienda siga encareciéndose, que el medio ambiente se degrade cada vez más... El ahorro que vota el azotado, le supondrá en lo personal una peor atención para cualquier gestión pública (ayudas, subvenciones, permisos, licencias…) al no contar con funcionarios suficientes, encarecerá su propia vida (adiós ahorro), pues al privatizarse los otrora servicios públicos pierden calidad y se encarecen, y contribuirá al desánimo y tensiones colectivas, una sociedad más infeliz, dado que todo se vuelve frustrante.

Lo sucedido este verano con los incendios es una dolorosa prueba de que la privatización de cuadrillas y medios forestales ha multiplicado exponencialmente el daño. Si usted ha votado esto, no puede quejarse, es cómplice de las muertes ocasionadas, de la destrucción del monte y hábitat, de una cultura hasta entonces viva o resistente, de todos los bienes y animales perdidos.

Ya vale de hacerse el tonto. Lo del voto no es cosa de redaños, de frases huecas, de invocaciones a realidades inexistentes (como que ETA siga existiendo). Lo del voto es cómo queremos vivir: prevenidos, seguros, cuidados, informados, atendidos, educados… Todo eso, y no otra cosa, son nuestros impuestos bien gestionados, que no son un robo ni un ejercicio de mala voluntad del gobierno, son nuestra supervivencia, la forma de hacer una mejor España.




22/7/25

DERRIBOS PP

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 22/07/2025. Página 5. 

 Había un país que sufría, que se jodía y sacrificaba, un país abrazado al sueño roto del desarrollismo, que había vivido una ilusión de esplendor. A esa gente cándida, socializada en la credulidad hacia sus gobernantes e ignorante de la economía, se le hizo asumir rigurosas falsedades del capitalismo: que la derecha gestiona mejor porque son empresarios cuasi por naturaleza ─a pesar de que las empresas suelen ser el epítome de la inequidad social─; y otra, que el Estado funciona como una sociedad limitada, inexactitud que supone la desarticulación de cualquier atisbo de interpelación humanitaria y hasta humanística.

La crisis que estalló en 2011, recordemos, supuso una recesión feroz:  aumentó brutalmente el desempleo ─más del 25 %─ y la precariedad laboral; los jóvenes más preparados tuvieron que emigrar en masa; el Gobierno redujo sueldos y anuló pagas disminuyendo gravemente los ingresos familiares; desaparecieron derechos asistenciales, como la atención sanitaria universal, que abandonó a los más desfavorecidos y puso en riesgo la salud general al reaparecer enfermedades erradicadas; subieron los suicidios y las depresiones; se disparó la deuda pública... El país andaba como pollo sin cabeza, pero la culpa, decía el gobierno Rajoy, el de los gestores, era que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades.

Lo que ignoraba aquel electorado agarrado a un clavo ardiendo, era que esta tercera derecha en el poder les estaba vendiendo con grave desprecio de su sufrimiento. Si resultó sospechosa la gestión del rescate bancario y sus putrefactas fusiones, puro saqueo de las arcas del Estado ─¿cuánto pagaron los bancos?─, ahora sabemos que el superministro de Hacienda, Cristóbal Montoro Ramírez, montó un superchiringuito paralelo al Gobierno para legislar ad hoc para los superamigos, las grandes empresas. Se superforró con su cúpula ministerial mientras empobrecía al país. La supergestión conservadora: fuerte con los débiles y débil con los fuertes. Un Equipo Económico de supercorrupción.

Toda corruptela desde y sobre lo gubernamental es criminal y cruel, pues acaba afectando a quienes más precisan del amparo del Estado. Esto rige para el caso Koldo, y aún más para este inusitado y clasista complot milmillonario del Partido Popular.

Unir la información sobre clan Montoro con los efectos de la irresponsable oposición que viene haciendo el PP, degradando una y otra vez la democracia y sus instituciones, lleva a juegos de suma cero para los populares. Y así, ¿quiénes recogerán el hartazgo y asqueamiento de la población?



8/7/25

LA IDENTIDAD (Y EL TORO)

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 08/07/2025. Página 5.  

Cuando Pamplona se pone en fiesta, toda España siente el gusanillo. Los sanfermines han alcanzado categoría de símbolo, elemento movilizador, referencial de todo el país como fiesta multitudinaria, callejera, desinhibida y taurina.

Todo gran festejo genera, además de excitación y deseos de jolgorio, expectativas comunitarias. El festivo es un tiempo de reconciliación y sutura, un momento que suspende todas las tensiones y malos rollos entre íntimos, próximos y vecinos, entre grupos y banderías. Con las mesas a rebosar, nadie puede faltar a la comida familiar y a los actos que expresan pertenencia y referencialidad. Para el autóctono, todo lo que moviliza la fiesta acaba siendo identidad, reconocimiento y reencuentro ─de uno con el resto, también consigo mismo─. Un tiempo de echar al olvido las penas y de aceptación, de amnistía.

San Fermín se caracteriza por sus encierros, que han alcanzado categoría mundial a través de la literatura y el cine. Su fama es tal que la fiesta desborda cualquier cálculo posible para recibir a turistas de medio mundo en busca del exotismo ibérico, que inevitablemente tiene que ver con los toros. Encierros que se viven como epopeya antigua fuera del tiempo; encierros destinados, recordemos, a la lidia en la plaza.

Lo taurino forma parte de una raíz indiscutible de nuestra tradición popular, y aunque, lógicamente, la sociedad ha cambiado y con ella la sensibilidad hacia el sufrimiento animal, la relación con el toro es intensa, compleja y llena de emociones. La tauromaquia expresa una singular comunión con lo salvaje, la muerte, la fiesta y el arte. La vida. Es, desde luego, una expresión comunitaria, ya como práctica participativa, ya como contemplación.  Sin embargo, la tauromaquia sufre la peor de las pestes: su conversión en bandera por parte de los nacionalistas más excluyentes y ultras ─unos para su afirmación, la derecha españolista; otros para su denuesto, los también incoherentes nacionalistas periféricos─. La utilización y secuestro del toro como signo de afirmación política supone un inmenso riesgo para su pervivencia. Enajenar lo taurino de su acervo popular, de su valor colectivo ─la comunidad por encima de las ideologías─ para fachalizarlo, acaba matando su sentir y tradición. Convendrá revisar alguna práctica y reducir violencias extremas, pero correr los toros, lidiar los toros, tiene que ver tanto con las identidades más íntimas como con las socialmente más transversales. Convertirlo en bandera privativa, en ideología de pulserita, contribuye a su extinción.



 

24/6/25

LA SANTA CORRUPCIÓN (S.A.)

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 24/06/2025. Página 5.  

 A la Iglesia se le ha visto el plumero, como gustaban decir sus acólitos del XIX. Cuando todavía resuena en el Teatro Principal la carcajada general que provocó el arzobispo Iceta al decir que “la Iglesia no se mete en política” ─única frase reseñable del truño encíclico que fue su diálogo con Cercas─, encontramos al presidente de la conferencia episcopal piándola sobre la supuesta necesidad de unas elecciones generales.

El contexto del piscinazo es el penoso triángulo cerdanabaloskoldiano, que tiene al país en shock.  Un grave escándalo de corrupción ─además, soez y machista─, que afectará a la credibilidad del partido socialista y su secretario general, pero que, salvo sorpresa, y como suele decir la Santa Madre Iglesia, es un caso aislado y no cosa de la organización.

La Iglesia, por vieja y taimada, es experta en gestionar la corrupción, la santa corrupción. Gracias a ella, con su pretendida dedicación a las cosas de la otra vida, ha construido una inmensa estructura multinacional de poder especializada en la gestión de las debilidades de la vida y la salud, en los conflictos emocionales, en los terrores de la muerte. Un paraestado concentrado en ofrecer seguridades incomprobables a partir de elementos inasibles, mágicos y rituales. Lo consiguió tras fijar un mito originario de liberación y justicia, para incrustarse en el poder desde el imperio romano, convertirse en la gran terrateniente medieval, en la dictadora de vidas, morales y pensamientos, en la sostenedora de los poderosos ─Gratia Dei─. Confundió su propia organización con las estructuras del Antiguo Régimen y fue su brazo armado, condenó y excomulgó a la Modernidad, el laicismo, la democracia y la igualdad social, económica, política, de sexos, religiosa… Hasta hoy.

La historia de la Iglesia podría organizarse en siete capítulos autorreferenciales a su doctrina:  soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Por entre todos ellos hay mucha, mucha corrupción. Todos, claro, en la atención a asuntos muy de este mundo y en todos los niveles: malversación, desvíos de donaciones, inversiones fraudulentas, sobornos, inmatriculaciones escandalosas, pederastia y abusos, engaños educativos, apropiación indebida, explotación de fieles ─particularmente de las mujeres─, etc. Todo esto sin entrar en otras viejas cuestiones como la simonía, el clericalismo, la esclavitud, las guerras de exterminio, la exaltación y defensa de dictadores…

Voraz, ambiciosa, insaciable y corruptora. Santa. Y no se mete en política, aunque pareciera que siempre lo hace con las mismas querencias.




10/6/25

GASTRONETAGATE. UN NUEVO CASO DE ROBERT PEARSONS.

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS. 10/06/2025. Página 5.  

23:15 h. Todo el mundo había volado, salvo Robert Pearson, que seguía en el despacho martilleando su Remington Rand. El cubículo, mal iluminado, al fondo de la redacción ─el ahitepudras, le decía él; último resto de su condición redactoril─ guardaba un aire hopperiano. La mortecina luz del escritorio parecía el faro de una costa traicionera, apenas adivinada tras los arrecifes de mesas, máquinas y percheros de sus adocenados colegas. Quería dejar lista aquella crónica de mierda del enésimo bodrio, penosamente preelectoral, de la alcaldía. Si nada se torcía, mañana evitaría pisar aquella tierra de promisión.

Cuando había lanzado el punto y final, y se calzaba el malbaratado Stetson, se percató de un sobre en el suelo, junto a la puerta. Vaya, pensó, alguien quiere joder mis planes... De su interior asomó una nota llena de lamparones:

“Andan en el Ayuntamiento / haciendo del corazón tripas. / Acoquinan y exprimen duro / al que asa carne en fogón. / Revientan las camionetas, / como el que tira a pichón. / Ojo con ofrecer cuartos de libra, / o para peces carnaza serás. / Solo quien, ¡ay!, a la gran caja unta, / estará luengo bien salvado, / in the park”.

Metió el anónimo al bolsillo de la gabardina y marchó al Gardener's Dog. Aquellas burdas rimas merecían rumiarse con unas cuantas pintas, incluso un escocés de los de desbroce.

Oldburg tiene habitualmente la agitación de un puré de papas. Como buena ciudad basada en el orden y la tradición, la corrupción estaba perfectamente regulada, con sus ventanillas municipales, su club de empresarios explotadores, un arzobispado sensible a la ostentación… Hasta circulan rumores picantes sobre ciertas concurridas celebraciones en el Westinghouse College para señoritas. Todo el mundo sabía que el viejo partido conservador elegía sus cargos por nacimiento y gobernaba para la vieja Carcundia, pero que hasta las concesiones temporales para food trucks hayan de pasar convenientemente por caja, solo podía significar que una fiebre luterana extendía sus sarmientos hasta los asuntos más nimios y recónditos.

Aquí hay tomate, pensó Robert mientras le hacía un gesto de relleno al camarero. Ha tiempo que corrían habladurías sobre un eficaz nódulo de asesorres (así les llamaban) en alcaldía. Trocear y picar, todo es empezar, se dijo el reporter. Por lo que se ve, hasta las hamburguesas y hot dogs están controladas por la mafia. ¡Qué hambre!, murmuró Pearson.



1/6/25

DESCUBRIENDO "LOS HETERODOXOS EN LUCHA".

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA.

Feria del Libro de Burgos. 01/06/2025. 

Con este libro busco compartir una pasión que podríamos decir que es por la prensa, claro, pero que sobre todo tiene que ver con interpretar la realidad, que se muestra desafiante y nada evidente. ¿Qué se esconde detrás, qué subyace, a qué responde, quiénes mueven los hilos, hasta dónde llegan estos?

No se trata de mirar alteradamente, de ser presa de conspiranoias, se trata de la mixtura de lo que nos hace verdaderamente humanos: la curiosidad científica de la primera Eva, la preocupación por los contextos e interrelaciones de la Antropología Cultural y la Historia, las famosas 5 W del periodismo: Who, what, when, where, why. Quién, qué, cuándo, dónde, por qué.  Yo, con esto, me lo paso pipa.

Poder arañar esa realidad tan compleja, no es moco de pavo. Y hacerlo a tiempo parcial, por así decirlo, tampoco es fácil, en cuanto que se entrevera con mi dedicación principal de la investigación universitaria. Esto en sí, ya es una rareza, estando como estamos los universitarios sometidos a presiones de hiperespecialización. Pero mi forma de mirar la realidad no es ajena de mi manera de estar en el mundo. Como mi forma de escribir no puede romper con la manera en que enseño o investigo.

Esto supone que para mí esta compilación no tiene ningún carácter de obra menor o secundaria, sino que es raíz y mismidad de este antropólogo, que obviamente es también heterodoxo en lo académico como en el resto de quehaceres en los que me embarco. Los escritos que conforman este libro nacen tanto de esa mentada pasión por el análisis del presente como por el remangue con que lo acometo, esto es, la implicación personal. Que el libro vaya sin notas o bibliografía creo que es un acierto, que no ha de llevar a engaño en cuanto al bagaje. Pero, sí, esto, ayuda a cierta llaneza que los textos requieren al momento y espacio exigido, facilitando encontrar eso que el mundo académico suele demandar ilusoriamente como divulgaciones y no suelen acertar perdiéndose en circuitos paralelos que no llegan a la población.

Tengo el privilegio de tener unos medios poco comunes a mi alcance, periódicos y revistas en los que dejo algo que no son meras opiniones, que no son un despachar gratuito, sino un traslado de análisis desprovistos de adornos o de cálculos personalistas, porque eso sí, me tomo esto de escribir y opinar con suma responsabilidad. Soy un heterodoxo cerón, esto es, que no hay más que lo que se ve o arde. Todos sabemos que hay quien aborda el ejercicio de la escritura pública como un acto de narcisismo, como un adorno de su persona y encajes. Otros, son todo cálculo y lengua, una larga papila, húmeda y viscosa con la que lamben posaderas ajenas, particularmente las que detentan autoridad, influencia, poder…, que si lo encontramos en telemadrides y razones, imagínense en prensas locales catedralicias. Mi retranca va de la mano del compromiso, y donde otro apostaría por la elegante distancia, a mí me sale no una pose jacobina, que así me la pinta alguno, sino la denuncia de la impostura y la mentira, del apartamiento de la gente, del destroce de nuestro estado de bienestar social. Y lo hago sin apoyo de siglas o carnets, que no los tengo, pero sí con el dolor de la indignación cuando se ríen del de abajo, o por el desfalco de lo público, que somos todos. Por ahí sí que no paso.

Vivimos tiempos interesantísimos y apasionantes, llenos de retos y conflictos que demandan nuestra atención, una alerta permanente.

Uno de los elementos que sobresalen de estos años es la manipulación y los bulos, y es uno de los pilares del libro. En España llevamos 20 años de descaro y manipulación torticera en los medios de comunicación. La inocencia se perdió con las elecciones de 2004 y los atentados de Atocha, de los que se cumplía su 21 aniversario ayer. La gran mentira preparada por el gobierno saliente de Aznar con el concurso de el diario El Mundo, como medio principal, al que se adhirieron la actual armada de medios conservadores, propició el engrase para la mentira crasa en la que algunos se han asentado hasta fundar los conocidos pseudomedios, esos digitales espantosos que se dedican al bulo constante.

Esta es, digámoslo sin ambages, una estrategia de la derecha, de una derecha muy intervenida por los poderes fácticos, muy al servicio de grandes estructuras, con grandes penetraciones transnacionales también, con asientos en capitales eslavo-ortodoxas y anglosajonas, con capitales circulares que penetran en todas las esferas de negocio y alumbran líderes de opinión retroalimentados (podría mentarse aquí el caso de cierto presentador de telediarios de A3media, que no distingue de cuándo da noticias de cuándo opina ─siempre en contra del actual Gobierno de España─, que publica libros en Espasa, ha sido premio primavera de novela, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional de Valencia, y hete aquí que todas ellas, A3media, Espasa, el premio Primavera de Novela y la Universidad Internacional de Valencia, son propiedad del mismo grupo empresarial: Planeta). Medios que construyen realidades alternativas, que con la captación de una parte del poder judicial, alteran el equilibrio constitucional, el juego democrático.

Luego están los otros actores, los desquicies de tantos otros, las terribles redes sociales ─también ya muy poco espontáneas─, problemas y conflictos nunca faltan. Las sociedades humanas siempre tienden al conflicto. La tensión entre lo individual y lo colectivo, entre el deseo y la virtud, es tan vieja como el hilo negro. Y no hay tema menor, ni sitio pequeño. Decía un famoso antropólogo, “las vacas son buenas para pensar”. Claro que sí, y las ovejas, y la despoblación, y los túneles innecesarios arriesgando joyas del siglo XV y el desarrollo social de una ciudad que no acaba de aceptarse en su condición de comunidad necesariamente solidaria y no especulativa.

Don Julio Caro Baroja hablaba de una compleja simultaneidad de presentes, y del desentraño de eso tiene mucho la labor del opinador en prensa. Por ejemplo, las transiciones de poder en las esferas locales. Medir tiempos, valorar ritmos, conocer historia, contextos y, sobre todo, contextos. Pues esta es la apasionante realidad, y como comprenderán, el ilusionante empeño en el que este plumilla se compromete semanalmente.

Y así se va construyendo la vida. Polémicamente, es inevitable, pero también consensuadamente. Conocimiento, lectura, análisis, divulgación, consenso… Mis heterodoxos no son cargas de derribo gratuitas, son apuntes para sumar, aportes para construir lo que mi leal entender cree que despeja de basura y maleza el paisaje. Me tomo muy en serio lo de escribir en público, lo de exponer mi opinión y análisis. Poco o nada gano con ello. Como los pobres autores de teatro, pido perdón al final de la obra por si fallé en algo. Si falté a alguien es posible que fuera necesario y ahí no me disculpo, que normalmente arremeto contra quien desde arriba nos pisa. Pero mi intención siempre es a favor de la gente, del grupo, del pueblo, de la ciudad, del país.

Tengo que agradecer que los medios de comunicación que acogen mis intervenciones, particularmente el Diario de Burgos, sigan dándome un espacio para compartir mis análisis. Empecé hace más de 20 años en la prensa local y con el tiempo he colaborado ya en una docena de cabeceras de prensa y radio locales, regionales y nacionales. Y también a la Universidad de Burgos, la institución de mi devoción y compromiso, que sin estar en ella no podría, seguramente, hacer estas otras cosas. Estoy en la Ubu desde su comienzo. Mi vida académica es la de la creación y asentamiento de esta digna e importante institución científica. He podido estar en otras, en Madrid y en América y no he querido tanto por el convencimiento de la importancia que la Universidad tenía para el desarrollo y cambio de Burgos, como por querer ser parte de ese impulso y mejora desde mi compromiso.  Y aquí estamos, hoy con una de las mejores universidades públicas de España, mal que les pese a más de uno.

Seguro que la mitad de todo lo anterior era innecesario y además, inconveniente. Me quedo con la felicidad de la compañía de quienes me leen, particularmente ahora a través de la publicación de este libro que tan amorosamente ha publicado la editorial Atticus, con la hermosa dignidad del pobre limpio, bien peinado con agua (qué más quisiera yo que pasarme un peine), con los viejos zapatos lustrosos para la ocasión, compartiendo un trabajo en el que creo y del que espero todavía disfruten mucho. Un trabajo hecho con honestidad e ilusión, con entrega, con una mala hostia sincera, pero insisto, limpia, sin servidumbre turbias.

Quienes abran el libro se toparán primero que nada con mi padre. La ilusión de todo lo que hay en esto de escribir en prensa, tiene que ver con él y a él va dedicado.

Uno escribe para aclarar, pero, sobre todo, escribe para compartir, para que le lean, le opinen, le discutan, para seguir vivos…




27/5/25

ISRAEL: ESTADO GENOCIDA

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 27/05/2025. Página 5. 

 Llevo muchos años estudiando la violencia, los actos de represión, la crueldad interna a una sociedad. Me he asomado a distintas etapas históricas, a distintas culturas y lugares del mundo y siempre acaban brotando preguntas parecidas: ¿cómo pudo suceder esta persecución, masacre, guerra? ¿Qué hace al ser humano tan ávido de crueldad? ¿Por qué una comunidad se muestra tan intolerante? ¿Cómo es posible que quienes han sido vecinos y hasta parientes se delaten, se torturen y asesinen con tal grado de vesania?

El ser humano es un animal social de grandes capacidades y entregas, pero también de complejos desajustes sociales. Más allá de la condición bioquímica individual, de sujetos con posibles taras emocionales ─v. gr. psicópatas─, es a través de condiciones sociales que devenimos en nuestro mayor depredador, en el mayor extinguidor de vidas y culturas. Homo homini lupus.

Israel, por ejemplo, es un país construido sobre el odio. Creíamos que era sobre la Memoria y la Dignidad, pero no, eran la fobia y la venganza, el odio a los entorpecedores de su buscado éxodo sionista y, sobre todo, del Holocausto. Irrumpió así un país forzado en un territorio indebido, que disfrazó de ética la alimentación permanente de rencor ─la memorización obsesiva de la Shoah─ a varias generaciones. Asumieron que su sufrimiento histórico les hacía depositarios de derechos indiscutibles, lo que se transformó muy pronto en permisividad para ocasionar cualquier padecimiento a terceros en la defensa de su proyecto etnonacional.

Israel ha devenido un Estado supremacista, basado en un radicalismo religioso que convierte en incuestionable su promesa sagrada de territorio, la justeza de eliminar a cualquier oponente u ocupante previo que se oponga a su sueño liberador. Promueven la extinción de quienes les resultan sobrables, subhumanos, indignos.

Israel está practicando un flagrante genocidio ante los ojos del mundo. Negar la evidencia del arrasamiento de la franja de Gaza, del exterminio de su población civil, de familias enteras, de niños…, es un acto de cinismo e inhumanidad injustificable. Nada excusa este horror. Quienes en nuestro país juegan al despiste, a la manipulación torticera de razones por intereses ideológicos o económicos, o peor aún, por no ir en la misma columna de firmantes que sus oponentes políticos, son ratas de la peor condición. Hay una condición pactada de Derechos para la Humanidad a la que ya nadie puede sustraerse, que debería ser ya irrenunciable.  Israel es hoy un Estado genocida.



13/5/25

LO DEL CUARTO...

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 1370572025. Página 5.  

Es consustancial a nuestra condición de tolais sociales confundir realidad y deseo, o mejor, ser enredados, como ya lo contara Platón con su caverna. Los realistas del siglo XIX, con Stendhal a la cabeza, presumían de una novela que, dijeron, era un espejo que se pasea por la vida. Lo cierto es que aquella gente construía mundos que no eran exactamente la realidad, sino sus percepciones. La prensa lo aprendió muy pronto, y aprovechando el auge del periodismo, pronto entendió que las clases medias que consumían ávidamente lo impreso, tendían al conservadurismo y melindrez, que eran buenas amigas del sensacionalismo y la tinta gruesa. Un filón. El admirado periodismo de los Pulitzer se convirtió inmediatamente en el de los Randolph Hearst, que a bote pronto, consiguió que Estados Unidos y España entraran en guerra gracias a sus periódicos. De la información a la agitación. El ciudadano Kane. La prensa devino, a pesar de lo que su romantización nos cuenta, en riesgo constante. Tan necesaria como peligrosa, la información pocas veces ha podido desempeñarse como auténtico cuarto poder. Pudo hacerlo con Bernstein y Woodward en el Watergate ─¿en qué ha quedado hoy el Washington Post?─; con el Boston Globe y los abusos de la Iglesia Católica, pero casi siempre, poder económico ─con su corrupción─ y grupos mediáticos son parte de la misma ecuación.

The Guardian (UK) publica estos días cómo el presidente de España sufre Lawfare ─guerra sucia judicial─ con casos instrumentales sobre su familia, ─todos sabemos que ahí no hay nada─. Hay periódicos y otros medios que solo jalean eso diariamente para energumenizar con el absurdo de la dictadura sanchista, que es la cosa más disparatada que puede uno oír. El diario que mintió despreciablemente sobre los atentados del 11-M saca ahora conversaciones privadas del presidente que estaban custodiadas por un juez… Esta derecha mediática, la gran productora de bulos, la jaleadora de indecencias judiciales ultras, vuelve a la táctica de muñir realidades paralelas ─como en la II República─, a alterar hechos y sucesos interesadamente.

El nuevo papa, cuyo nombre no viene como continuidad del XIII, sino del más fiel y leal discípulo de San Francisco ─León de Asís─, insiste en la importancia y valor de un periodismo veraz: “solo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres”. Una verdad como un templo, que esperamos más sólida que la incorrupción del cuerpo de la pobre Santa Teresa.