10/6/25

GASTRONETAGATE. UN NUEVO CASO DE ROBERT PEARSONS.

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS. 10/06/2025. Página 5.  

23:15 h. Todo el mundo había volado, salvo Robert Pearson, que seguía en el despacho martilleando su Remington Rand. El cubículo, mal iluminado, al fondo de la redacción ─el ahitepudras, le decía él; último resto de su condición redactoril─ guardaba un aire hopperiano. La mortecina luz del escritorio parecía el faro de una costa traicionera, apenas adivinada tras los arrecifes de mesas, máquinas y percheros de sus adocenados colegas. Quería dejar lista aquella crónica de mierda del enésimo bodrio, penosamente preelectoral, de la alcaldía. Si nada se torcía, mañana evitaría pisar aquella tierra de promisión.

Cuando había lanzado el punto y final, y se calzaba el malbaratado Stetson, se percató de un sobre en el suelo, junto a la puerta. Vaya, pensó, alguien quiere joder mis planes... De su interior asomó una nota llena de lamparones:

“Andan en el Ayuntamiento / haciendo del corazón tripas. / Acoquinan y exprimen duro / al que asa carne en fogón. / Revientan las camionetas, / como el que tira a pichón. / Ojo con ofrecer cuartos de libra, / o para peces carnaza serás. / Solo quien, ¡ay!, a la gran caja unta, / estará luengo bien salvado, / in the park”.

Metió el anónimo al bolsillo de la gabardina y marchó al Gardener's Dog. Aquellas burdas rimas merecían rumiarse con unas cuantas pintas, incluso un escocés de los de desbroce.

Oldburg tiene habitualmente la agitación de un puré de papas. Como buena ciudad basada en el orden y la tradición, la corrupción estaba perfectamente regulada, con sus ventanillas municipales, su club de empresarios explotadores, un arzobispado sensible a la ostentación… Hasta circulan rumores picantes sobre ciertas concurridas celebraciones en el Westinghouse College para señoritas. Todo el mundo sabía que el viejo partido conservador elegía sus cargos por nacimiento y gobernaba para la vieja Carcundia, pero que hasta las concesiones temporales para food trucks hayan de pasar convenientemente por caja, solo podía significar que una fiebre luterana extendía sus sarmientos hasta los asuntos más nimios y recónditos.

Aquí hay tomate, pensó Robert mientras le hacía un gesto de relleno al camarero. Ha tiempo que corrían habladurías sobre un eficaz nódulo de asesorres (así les llamaban) en alcaldía. Trocear y picar, todo es empezar, se dijo el reporter. Por lo que se ve, hasta las hamburguesas y hot dogs están controladas por la mafia. ¡Qué hambre!, murmuró Pearson.



1/6/25

DESCUBRIENDO "LOS HETERODOXOS EN LUCHA".

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA.

Feria del Libro de Burgos. 01/06/2025. 

Con este libro busco compartir una pasión que podríamos decir que es por la prensa, claro, pero que sobre todo tiene que ver con interpretar la realidad, que se muestra desafiante y nada evidente. ¿Qué se esconde detrás, qué subyace, a qué responde, quiénes mueven los hilos, hasta dónde llegan estos?

No se trata de mirar alteradamente, de ser presa de conspiranoias, se trata de la mixtura de lo que nos hace verdaderamente humanos: la curiosidad científica de la primera Eva, la preocupación por los contextos e interrelaciones de la Antropología Cultural y la Historia, las famosas 5 W del periodismo: Who, what, when, where, why. Quién, qué, cuándo, dónde, por qué.  Yo, con esto, me lo paso pipa.

Poder arañar esa realidad tan compleja, no es moco de pavo. Y hacerlo a tiempo parcial, por así decirlo, tampoco es fácil, en cuanto que se entrevera con mi dedicación principal de la investigación universitaria. Esto en sí, ya es una rareza, estando como estamos los universitarios sometidos a presiones de hiperespecialización. Pero mi forma de mirar la realidad no es ajena de mi manera de estar en el mundo. Como mi forma de escribir no puede romper con la manera en que enseño o investigo.

Esto supone que para mí esta compilación no tiene ningún carácter de obra menor o secundaria, sino que es raíz y mismidad de este antropólogo, que obviamente es también heterodoxo en lo académico como en el resto de quehaceres en los que me embarco. Los escritos que conforman este libro nacen tanto de esa mentada pasión por el análisis del presente como por el remangue con que lo acometo, esto es, la implicación personal. Que el libro vaya sin notas o bibliografía creo que es un acierto, que no ha de llevar a engaño en cuanto al bagaje. Pero, sí, esto, ayuda a cierta llaneza que los textos requieren al momento y espacio exigido, facilitando encontrar eso que el mundo académico suele demandar ilusoriamente como divulgaciones y no suelen acertar perdiéndose en circuitos paralelos que no llegan a la población.

Tengo el privilegio de tener unos medios poco comunes a mi alcance, periódicos y revistas en los que dejo algo que no son meras opiniones, que no son un despachar gratuito, sino un traslado de análisis desprovistos de adornos o de cálculos personalistas, porque eso sí, me tomo esto de escribir y opinar con suma responsabilidad. Soy un heterodoxo cerón, esto es, que no hay más que lo que se ve o arde. Todos sabemos que hay quien aborda el ejercicio de la escritura pública como un acto de narcisismo, como un adorno de su persona y encajes. Otros, son todo cálculo y lengua, una larga papila, húmeda y viscosa con la que lamben posaderas ajenas, particularmente las que detentan autoridad, influencia, poder…, que si lo encontramos en telemadrides y razones, imagínense en prensas locales catedralicias. Mi retranca va de la mano del compromiso, y donde otro apostaría por la elegante distancia, a mí me sale no una pose jacobina, que así me la pinta alguno, sino la denuncia de la impostura y la mentira, del apartamiento de la gente, del destroce de nuestro estado de bienestar social. Y lo hago sin apoyo de siglas o carnets, que no los tengo, pero sí con el dolor de la indignación cuando se ríen del de abajo, o por el desfalco de lo público, que somos todos. Por ahí sí que no paso.

Vivimos tiempos interesantísimos y apasionantes, llenos de retos y conflictos que demandan nuestra atención, una alerta permanente.

Uno de los elementos que sobresalen de estos años es la manipulación y los bulos, y es uno de los pilares del libro. En España llevamos 20 años de descaro y manipulación torticera en los medios de comunicación. La inocencia se perdió con las elecciones de 2004 y los atentados de Atocha, de los que se cumplía su 21 aniversario ayer. La gran mentira preparada por el gobierno saliente de Aznar con el concurso de el diario El Mundo, como medio principal, al que se adhirieron la actual armada de medios conservadores, propició el engrase para la mentira crasa en la que algunos se han asentado hasta fundar los conocidos pseudomedios, esos digitales espantosos que se dedican al bulo constante.

Esta es, digámoslo sin ambages, una estrategia de la derecha, de una derecha muy intervenida por los poderes fácticos, muy al servicio de grandes estructuras, con grandes penetraciones transnacionales también, con asientos en capitales eslavo-ortodoxas y anglosajonas, con capitales circulares que penetran en todas las esferas de negocio y alumbran líderes de opinión retroalimentados (podría mentarse aquí el caso de cierto presentador de telediarios de A3media, que no distingue de cuándo da noticias de cuándo opina ─siempre en contra del actual Gobierno de España─, que publica libros en Espasa, ha sido premio primavera de novela, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional de Valencia, y hete aquí que todas ellas, A3media, Espasa, el premio Primavera de Novela y la Universidad Internacional de Valencia, son propiedad del mismo grupo empresarial: Planeta). Medios que construyen realidades alternativas, que con la captación de una parte del poder judicial, alteran el equilibrio constitucional, el juego democrático.

Luego están los otros actores, los desquicies de tantos otros, las terribles redes sociales ─también ya muy poco espontáneas─, problemas y conflictos nunca faltan. Las sociedades humanas siempre tienden al conflicto. La tensión entre lo individual y lo colectivo, entre el deseo y la virtud, es tan vieja como el hilo negro. Y no hay tema menor, ni sitio pequeño. Decía un famoso antropólogo, “las vacas son buenas para pensar”. Claro que sí, y las ovejas, y la despoblación, y los túneles innecesarios arriesgando joyas del siglo XV y el desarrollo social de una ciudad que no acaba de aceptarse en su condición de comunidad necesariamente solidaria y no especulativa.

Don Julio Caro Baroja hablaba de una compleja simultaneidad de presentes, y del desentraño de eso tiene mucho la labor del opinador en prensa. Por ejemplo, las transiciones de poder en las esferas locales. Medir tiempos, valorar ritmos, conocer historia, contextos y, sobre todo, contextos. Pues esta es la apasionante realidad, y como comprenderán, el ilusionante empeño en el que este plumilla se compromete semanalmente.

Y así se va construyendo la vida. Polémicamente, es inevitable, pero también consensuadamente. Conocimiento, lectura, análisis, divulgación, consenso… Mis heterodoxos no son cargas de derribo gratuitas, son apuntes para sumar, aportes para construir lo que mi leal entender cree que despeja de basura y maleza el paisaje. Me tomo muy en serio lo de escribir en público, lo de exponer mi opinión y análisis. Poco o nada gano con ello. Como los pobres autores de teatro, pido perdón al final de la obra por si fallé en algo. Si falté a alguien es posible que fuera necesario y ahí no me disculpo, que normalmente arremeto contra quien desde arriba nos pisa. Pero mi intención siempre es a favor de la gente, del grupo, del pueblo, de la ciudad, del país.

Tengo que agradecer que los medios de comunicación que acogen mis intervenciones, particularmente el Diario de Burgos, sigan dándome un espacio para compartir mis análisis. Empecé hace más de 20 años en la prensa local y con el tiempo he colaborado ya en una docena de cabeceras de prensa y radio locales, regionales y nacionales. Y también a la Universidad de Burgos, la institución de mi devoción y compromiso, que sin estar en ella no podría, seguramente, hacer estas otras cosas. Estoy en la Ubu desde su comienzo. Mi vida académica es la de la creación y asentamiento de esta digna e importante institución científica. He podido estar en otras, en Madrid y en América y no he querido tanto por el convencimiento de la importancia que la Universidad tenía para el desarrollo y cambio de Burgos, como por querer ser parte de ese impulso y mejora desde mi compromiso.  Y aquí estamos, hoy con una de las mejores universidades públicas de España, mal que les pese a más de uno.

Seguro que la mitad de todo lo anterior era innecesario y además, inconveniente. Me quedo con la felicidad de la compañía de quienes me leen, particularmente ahora a través de la publicación de este libro que tan amorosamente ha publicado la editorial Atticus, con la hermosa dignidad del pobre limpio, bien peinado con agua (qué más quisiera yo que pasarme un peine), con los viejos zapatos lustrosos para la ocasión, compartiendo un trabajo en el que creo y del que espero todavía disfruten mucho. Un trabajo hecho con honestidad e ilusión, con entrega, con una mala hostia sincera, pero insisto, limpia, sin servidumbre turbias.

Quienes abran el libro se toparán primero que nada con mi padre. La ilusión de todo lo que hay en esto de escribir en prensa, tiene que ver con él y a él va dedicado.

Uno escribe para aclarar, pero, sobre todo, escribe para compartir, para que le lean, le opinen, le discutan, para seguir vivos…




27/5/25

ISRAEL: ESTADO GENOCIDA

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 27/05/2025. Página 5. 

 Llevo muchos años estudiando la violencia, los actos de represión, la crueldad interna a una sociedad. Me he asomado a distintas etapas históricas, a distintas culturas y lugares del mundo y siempre acaban brotando preguntas parecidas: ¿cómo pudo suceder esta persecución, masacre, guerra? ¿Qué hace al ser humano tan ávido de crueldad? ¿Por qué una comunidad se muestra tan intolerante? ¿Cómo es posible que quienes han sido vecinos y hasta parientes se delaten, se torturen y asesinen con tal grado de vesania?

El ser humano es un animal social de grandes capacidades y entregas, pero también de complejos desajustes sociales. Más allá de la condición bioquímica individual, de sujetos con posibles taras emocionales ─v. gr. psicópatas─, es a través de condiciones sociales que devenimos en nuestro mayor depredador, en el mayor extinguidor de vidas y culturas. Homo homini lupus.

Israel, por ejemplo, es un país construido sobre el odio. Creíamos que era sobre la Memoria y la Dignidad, pero no, eran la fobia y la venganza, el odio a los entorpecedores de su buscado éxodo sionista y, sobre todo, del Holocausto. Irrumpió así un país forzado en un territorio indebido, que disfrazó de ética la alimentación permanente de rencor ─la memorización obsesiva de la Shoah─ a varias generaciones. Asumieron que su sufrimiento histórico les hacía depositarios de derechos indiscutibles, lo que se transformó muy pronto en permisividad para ocasionar cualquier padecimiento a terceros en la defensa de su proyecto etnonacional.

Israel ha devenido un Estado supremacista, basado en un radicalismo religioso que convierte en incuestionable su promesa sagrada de territorio, la justeza de eliminar a cualquier oponente u ocupante previo que se oponga a su sueño liberador. Promueven la extinción de quienes les resultan sobrables, subhumanos, indignos.

Israel está practicando un flagrante genocidio ante los ojos del mundo. Negar la evidencia del arrasamiento de la franja de Gaza, del exterminio de su población civil, de familias enteras, de niños…, es un acto de cinismo e inhumanidad injustificable. Nada excusa este horror. Quienes en nuestro país juegan al despiste, a la manipulación torticera de razones por intereses ideológicos o económicos, o peor aún, por no ir en la misma columna de firmantes que sus oponentes políticos, son ratas de la peor condición. Hay una condición pactada de Derechos para la Humanidad a la que ya nadie puede sustraerse, que debería ser ya irrenunciable.  Israel es hoy un Estado genocida.



13/5/25

LO DEL CUARTO...

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 1370572025. Página 5.  

Es consustancial a nuestra condición de tolais sociales confundir realidad y deseo, o mejor, ser enredados, como ya lo contara Platón con su caverna. Los realistas del siglo XIX, con Stendhal a la cabeza, presumían de una novela que, dijeron, era un espejo que se pasea por la vida. Lo cierto es que aquella gente construía mundos que no eran exactamente la realidad, sino sus percepciones. La prensa lo aprendió muy pronto, y aprovechando el auge del periodismo, pronto entendió que las clases medias que consumían ávidamente lo impreso, tendían al conservadurismo y melindrez, que eran buenas amigas del sensacionalismo y la tinta gruesa. Un filón. El admirado periodismo de los Pulitzer se convirtió inmediatamente en el de los Randolph Hearst, que a bote pronto, consiguió que Estados Unidos y España entraran en guerra gracias a sus periódicos. De la información a la agitación. El ciudadano Kane. La prensa devino, a pesar de lo que su romantización nos cuenta, en riesgo constante. Tan necesaria como peligrosa, la información pocas veces ha podido desempeñarse como auténtico cuarto poder. Pudo hacerlo con Bernstein y Woodward en el Watergate ─¿en qué ha quedado hoy el Washington Post?─; con el Boston Globe y los abusos de la Iglesia Católica, pero casi siempre, poder económico ─con su corrupción─ y grupos mediáticos son parte de la misma ecuación.

The Guardian (UK) publica estos días cómo el presidente de España sufre Lawfare ─guerra sucia judicial─ con casos instrumentales sobre su familia, ─todos sabemos que ahí no hay nada─. Hay periódicos y otros medios que solo jalean eso diariamente para energumenizar con el absurdo de la dictadura sanchista, que es la cosa más disparatada que puede uno oír. El diario que mintió despreciablemente sobre los atentados del 11-M saca ahora conversaciones privadas del presidente que estaban custodiadas por un juez… Esta derecha mediática, la gran productora de bulos, la jaleadora de indecencias judiciales ultras, vuelve a la táctica de muñir realidades paralelas ─como en la II República─, a alterar hechos y sucesos interesadamente.

El nuevo papa, cuyo nombre no viene como continuidad del XIII, sino del más fiel y leal discípulo de San Francisco ─León de Asís─, insiste en la importancia y valor de un periodismo veraz: “solo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres”. Una verdad como un templo, que esperamos más sólida que la incorrupción del cuerpo de la pobre Santa Teresa.




 

29/4/25

QUÉ (O PARA QUÉ UN) PAPA

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS. 29/04/2025. Página 5. 

La Iglesia creó el neoliberalismo, allá por los tiempos feudales, con el hallazgo de las indulgencias. Los crédulos fieles convirtieron a la santa institución en la mayor poseedora de tierras de toda Europa donándole sus haberes para comprar su salvación individual. Así es como se forjaron sus sacrosantas bases milenarias, los verdaderos pilares de la tierra.

La Iglesia se asienta sobre la gestión y consuelos de las angustias de la vida y los terrores de la muerte prometiendo gozos incomprobables, todos en un más allá que solo los tonsurados intermediarios dicen conocer, y del que, por más resurrección que exalten, nadie ha vuelto para contradecirles. La verdadera eternidad es la de su existencia a lo largo de los siglos.

Los fascinantes ritos que se nos ofrecen ante y post la muerte de este papa singular, son ocasión de pensar la historia y el presente de esta institución única y mundial que es la Iglesia católica, con tantos rostros y apariencias, capaz de contentar a un sinfín de contrarios, de prometer cuantas liberaciones se deseen como ser la más represora. Una institución viril, encastrada en la tradición imperial romana, organizada como un poder absoluto, interfiriendo en la vida política de cada país, burlando a los inocentes con lo de que “mi reino no es de este mundo…”, para suscribir concordatos y acuerdos, exigir financiaciones, apoyos, casillas en el IRPF... Tan de esta realidad que andan muy escasos de arrepentimiento por sus abusos.

Tras la firme figura de Francisco, que ha mostrado un camino de compromisos verdaderamente humanos, de otras formas y afectos, lejano a corrupciones, distante de latines, oros y tronos, de prelaturas y privilegios, abierto a la misericordia con los desclasados y olvidados, han saltado los indignados conservadores amenazando con cismas. Ergo, reconociendo la necesidad de una Reforma II. Sabrán por qué…

Qué nos regalará el cónclave, es un misterio, pero si la cosa va hacia la oscuridad conservadora, el mundo será un poco peor. Los involucionistas y reaccionarios que hasta ahora conocemos, muchos al frente de gobiernos, se han caracterizado por mentir, engañar, ofender, invadir, rapiñar, violar, matar, exterminar…, no solo por sí y para sí, sino en el nombre de Dios. Justo lo contrario de lo que les pidió ese pobre papa argentino que cada noche llamaba a sus queridos palestinos para darles un poco de amor. Veremos para qué sirve un nuevo papa.



 

16/4/25

LA "SAETA CASTELLANA"

Ignacio Fernández de Mata. 16/04/2025. 


  Ya me he referido en alguna ocasión a la concepción del centro de Burgos como un Disneylandia, por ejemplo, con el degradante proyecto de Xpande, que no es sino un ejercicio de turistificación que expulsa al ciudadano local para convertir el espacio urbano en un área de servicios para el visitante madrileño, vasco o guiri que solo requiere patrimonio-disney y hosteleríayusismo. La Semana Santa ha sido desde hace tiempo un adelanto de todo esto. Y su transformación/perversión fue ya comentada. En el caso de la de Burgos, casi no queda nada de la original en su formato actual (porque era sosa). El antropólogo Jose Mansilla (@antroperplejo) también lo ha descrito en términos precisos: La disneyficación de la Semana Santa.

 En Burgos, cada año nos sorprenden con una novedad, un paso diferente, una cofradía que “reaparece”, una procesión nueva… Este año toca la saeta castellana: “tras investigar en el cancionero burgalés, la concejalía de Festejos encontró un canto tradicional de la Semana Santa originario de Villafruela a modo de 'saeta castellana'. "Hemos querido poner en valor nuestro propio folclore y creemos que este canto sentido de la pasión de Cristo, que es originario de Villafruela, responde a nuestra identidad", ha explicado la alcaldesa.

  Han investigado y han dado con nuestra identidad, que al parecer estaba perdida.

  Es una novedad desconocida para la ciudad y sus tradiciones; pero, resulta que es “nuestra identidad”.

 “A modo de saeta castellana”, o lo que es lo mismo, el modelo andaluz operando, una vez más, como esquema del parque temático semanasantero que hay que cumplir. De nuevo, todo se hace para un turismo que reclama, que exige, que demanda hitos, presencias, acciones y representaciones. No se trata de religiosidad, no se trata de identidad, se trata de turismo, de hostelería, de pasta.

 Está bien. Se trata del tío Gilito, que tampoco se engañen luego los fundamentalistas pensando que todos comulgan de lo suyo. Están quienes lo viven con pasión verdadera y quienes malmeten con sus líos identitarios, tan mal digeridos. Y como se ve, estos últimos más bien van de palmeros de quienes salen a competir con las otras semanas, a cazar al pardillo turista, a ofrecer el y yo más, vamos, lo que supone la disneyficación (usando las calles, cofrades y demás naturales). Faltaba la saeta. Pues ahí está. Y encima “nuestra”. A ver quién supera eso…, (aunque no sea una saeta).



 


 

15/4/25

EL ACTO...

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS. 15/04/2025. Página 5.  

Aquella mañana temprana de verano, bajo un sol de justicia, mi padre me dejó junto al fresco soto que marcaba lindero con la tierra. En el morral, un trozo de pan, una cantimplora, cecina y queso, y La ciudad y los perros. Cuando lo acabes, vuelve, que te espera un mundo.

Cumplidas las luces, con el andar vacilante, la casa recogió a un niño ajado, ya ido.

A la mañana siguiente, en silencio, almorcé con mi padre a su regreso de su trotada mañanera. Su mirada cálida parecía entender mi turbación y cambio, el efecto ocasionado por el Leoncio Prado. Me pasó el brazo por los hombros y me llevó a la biblioteca. Hoy vamos a conocer el hielo, me dijo con una sonrisa, y me abrió la puerta a Macondo.

El fin de la infancia llegó de la mano de Vargas Llosa y García Márquez, cuyos libros empecé a alternar compulsivamente en la querencia de leer todo lo que escribieran, y con ellos todo el llamado boom y el preboom. Parecía que cualquier escritor latinoamericano abría una puerta al paraíso. Leí con avidez, y a menudo con atracones, las obras del maestro Borges y las de Bioy Casares, leí a Juan Rulfo, a Arturo Uslar Pietri, al gran Julio Cortázar, a Carlos Fuentes, a Miguel Ángel Asturias, al musical Alejo Carpentier, a Rómulo Gallegos, a Jorge Amado, a Juan Carlos Onetti, a Ernesto Sábato, a José Donoso, a Augusto Monterroso, a Alfredo Bryce Echenique, a Álvaro Mutis, a Guillermo Cabrera Infante, luego llegarían otras generaciones… La literatura en español ya nunca más podía contenerse en la Península. De estas pasiones y de alguna historia familiar, surgió un vínculo con América que nada tenía que ver con conquistas ni leyendas rosas o negras, sino con fascinaciones por mundos y personajes, luchas, injusticias, guerrillas y dictaduras que han seguido hasta hoy.

El mundo que me tocó vivir, también lo leí. Y lo que hoy soy se debe al encuentro de sociedades y conocimientos a través de esas grandes inteligencias creadoras que han sido ─son, a través de la perdurabilidad de sus obras─ los escritores latinoamericanos ─y de otros muchos lares─ que topé. Con ellos descubrí que el acto de leer, es revolucionario.

Sentí íntimamente la pérdida de Vargas Llosa. El personaje…, perdónenme, poco importa ya. Su obra, sin embargo, seguirá marcando vidas, recuerdos y disputas, desde una inmarcesible grandeza.



1/4/25

VILLALAR

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 01/04/2025. Página 5.  

 Llega abril con sus reclamos y limpias, la arribada de los invernizos, el remoce de nidos, los retoces y apareamientos primaverales. Abril es vida, brotes, primor. Para los mozos, tiempo de rondas y burlas, de retos y envisques. En Castilla, tiempo de revueltas, que para alguno rayanas fueron con revolución: la de los comuneros, de donde llega la gloriosa derrota de Villalar.

La de 1520/1522 fue una de las grandes ocasiones de nuestra Historia, desde luego, de más importancia y valor que otras que se han querido gestas y solo resaltaban este o aquel nombre de una dinastía o religión. La revuelta de los comuneros puso al reino, a la gente del común, en pie de guerra contra la servidumbre a extranjeros, pero también contra las oligarquías que se plegaban a las exigencias de aquel rey Carlos, con su Adriano de Utrech del brazo, obsesionados por recaudar lo que casi no daba la tierra, para comprar las voluntades de los electores imperiales centroeuropeos. Los castellanos se levantaron contra el rey ausente y aquellos extraños, contra quienes no miraban por el reino, y los pusieron en serios aprietos, hasta que llegaron las traiciones, como la que la ciudad de Burgos hizo a la Causa, de manos del Condestable con los mercaderes del Consulado, ─en contra de lo que sus gentes del pueblo demandaban que se hiciera─.

Villalar, a pesar de la derrota, fue una batalla para la gloria popular. Su memoria quedó para la Historia, en nuestro caso, desde la Transición, momento de verdadera sanción colectiva de una región diseñada en los despachos de Madrid. La poca esencia identitaria actual de Castilla emana de este lugar, de sus reivindicaciones, y de esta fiesta. Ladinamente, Carlos Pollán, de Vox, presidente de las Cortes, se cargó la Fundación Villalar, transmutada en Castilla y León, y con el concurso del PP, busca borrar nuestra fiesta regional con conciertitos en cada ciudad que desmovilicen a la gente, que eviten ir a la campa.

Castilla se siente en Villalar cada 23 de abril. Se afirma cantando el vibrante romance “Los comuneros”. Nuestros pocos símbolos ─Villalar, el pendón─, lo son por nuestra historia y por anuencia popular, y no permitiremos que un facha trumpista venga a decirnos que deban ser los que le salgan de su apellido.

Esta es una llamada a la guerra. Villalar es nuestra, de la gente, nunca fue de los políticos. Defendámosla.




18/3/25

"NUEVO" CIPRÉS

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 18/03/2025. Página 5.  

 Ha querido la nomenklatura municipal encabezada por su Alcaldesa-Presidenta (A-P), designar el nuevo plan quinquenal de kultura con su medida estrella: la creación de la tertulia “El nuevo ciprés”. En exultante rueda de prensa y rodeada del komité de kultura reboluzionaria (KK), ha explicado que la renovación cultural de Burgos se hará tuneando un famoso cenáculo de los años 30 del siglo XX, fundado por Eduardo de Ontañón. Hasta ahora, la A-P no gustaba hablar en público de la tertulia porque habíase fusilado a unos cuantos rojos de ella, lo que parecía cosa de mal gusto conversacional a la lideresa de oscuros y libertarios antecedentes. Pero, pelillos a la mar. Un poco porque la derecha se rige por la frase aquella de Hanns Johst que relaciona la cultura y su pistola Browning, otro poco porque la candidatura de Burgos 2031 va cuesta abajo y sin frenos, han echado mano del pobre Ontañón, al que esta ciudad dio completamente la espalda hasta bien recientemente. Para qué hablar de los asesinados en Estépar como el compositor Antonio José, el dibujante Ignacio Ángel Arroyo Merino, el impresor Luis Saiz Barrón, el periodista y dramaturgo Antonio Pardo Casas o los otros encarcelados y exiliados también tertulianos de El Ciprés.

Queda muy bonito, cuando a la derecha le viene en gana, hablar de reuniones en las que gente de toda ralea y condición se reunía con mutuo respeto a sus ideologías, para agitar la sociedad biempensante y apoltronada con su ingenio y generosidad creativa. La misma derecha que a su placer las malbarata. Bien puede hoy el poder desde su mediocridad orgánica, organizar lo que le plazca e invitar a quien se le antoje a sus conciliábulos, pero es de muy mal gusto pretender el prestigio y libertad de quienes actuaron desde sus afamados y públicos jueves cipresianos. Aquellos vanguardistas, fundadores de revistas como Parábola, respiraban los principios de la Institución Libre de Enseñanza, estaban llenos de afán renovador y de compromiso social ─como se percibía en el Orfeón de Antonio José y aún más en el Ateneo Popular, del que fue vicepresidente Ontañón─.  Arrogarse su nombre y su recuerdo sin reconocer y honrar previamente su Memoria Democrática como merecen, como se les debe, en unos actos bimensuales, a puerta cerrada, de elevada mediocridad cultural y humana, es miserable. También patético. Pero, sobre todo, triste.




4/3/25

ESTÁBAMOS MUERTOS

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS. 04/03/2025. Página 5.  

 Que la postmodernidad hedía era indiscutible. Cuando uno toma conciencia de ello, parece evidente, pero durante mucho tiempo hemos vivido pegados a un cadáver. Teníamos tan naturalizada la peste, que pensábamos que ese era el olor de la vida. No aprendemos.

Salir del embotamiento, del estado de shock permanente, permite mirar con otros ojos. Inauguramos fases: empezamos por el estupor para pasar a la sorpresa, llegar a la indignación y aterrizar en la vergüenza. Lo siguiente será, dicen, la conciencia y la acción. Pero los signos, todos los signos, estaban ante nuestros ojos. La muerte de la posmodernidad era también la de nuestros últimos restos de dignidad y sentido común.

Nuestras sociedades han engordado nacionalismos desleales que han roto las solidaridades internas. Envueltos en banderas, unos hacían ─están en ello─ metrópolis neoliberales de individualismos salvajes y libertarios, con cantos a un hedonismo tan irresponsable como para dejar abandonados a los ancianos como perros con covid en una gasolinera. Mientras, otros jugaban al realismo mágico de las redes sociales para, con la misma pauta de individuación, minar y ametrallar el espacio de las mujeres con la trampa adjetival/pronombrativa y arrasar el feminismo.

Cuando llegó la destrucción de Gaza, debíamos haber explotado. ¿Cómo pudimos aceptar tamaña infamia, destrucción, inhumanidad y crueldad? ¿Cómo no sentimos una atroz vergüenza de no impedir ese genocidio? Al publicar los plutócratas americanos el asqueroso video de la Riviera gazatí, debíamos haber asaltado el palacio de invierno.

El cambio de inflexión final ha estado en la entrevista/encerrona de Trump-Vance a Zelenski en el despacho oval: la conciencia de estar ante un presente falto de códigos, de ética real, de nulo aterrizaje moral, ha prendido la mecha.

Nuestro mundo está patas arriba. Ya lo estaba, pero estábamos muertos.

Hay una inmensa exigencia de orden que puede acabar con todo. No es solo aclarar lo de Ucrania y si OTAN sí o solo Euroforce. Se trata de coser internamente el exceso de mentiras y corrupciones: como un Mazón que está al borde de disolver al PP; una juventud sin vivienda que va a tomar las calles; un feminismo harto de apellidos de irrealidad… Todo está conectado. No es una restauración, aunque sí hay algo de poda, de reclamo del revolucionario sentido común, de abandono del cinismo.

La voladura del mundo ha de suponer ciertas bases éticas y democráticas. Pero el apocalipsis es una posibilidad real.

El fin del mundo. José Gutiérrez Solana, 1932.


18/2/25

YA ESTÁN AQUÍ...

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 18/02/2025. Página 5. 

 Hay momentos, discursos, que marcan épocas, con los que los estadistas firman compromisos con la Historia. Lo hizo, por ejemplo, Kennedy en 1963 en Berlín. No será el caso del pronunciado por J.D. Vance en Munich hace unos días. A pesar de sus maneras educadas, Vance, avanzadilla con estudios de Trump en Europa, muestra, un inevitable tufo fascista que es la desolación de nuestros tiempos.

Hace ya algunos años que, incluso para sorpresa de muchos, el fascismo adquirió las maneras del hombre educado. En realidad, esto fue siempre así. Antes de los uniformes siempre vinieron las corbatas. Las conferencias primeras de Hitler por las cervecerías y salones eran con chaqueta y lazo. Así se produjo la reentrada de los neonazis en nuestro presente europeo, de la mano de individuos de aspecto atildado, bien peinados y vestidos, de suaves maneras, que nada tenían que ver con los agresivos comportamientos de los skinheads de décadas anteriores.

Como en la Europa de entreguerras, el triunfo de Trump en Estados Unidos se ha construido sobre una inmensa bolsa de descontento y abandono, también sobre un inmenso ejercicio de irresponsabilidad y dilapidación de oportunidad de los demócratas. El voto ganado por Trump procede de sectores llenos de frustración y abandono, de hastío, de hartazgo, de miedo e inseguridad. Mientras los demócratas eran cada vez más identificados con las élites pijas, dedicados a conflictos lejanos y desasosegantes, a causas rayanas en la fabulación ─como las microidentidades─, grandes bolsas de desencantados, minorías, jóvenes, mujeres, el inmenso precariado que precisa dos y tres trabajos para sobrevivir en una sociedad sin atención social gratuita, inmigrantes regularizados, los entornos fabriles en proceso de desindustrialización, etc., votaron por Donald Trump. Digámoslo sin ambages, votaron por un ultra que les promete la salvación a costa del mundo entero, también de parte de su propia sociedad, de gente que declara paria, expulsable, casi exterminable ─al menos civilmente─. Esto es, por un fascista.

Trump, Vance, Musk, están promoviendo descaradamente grupos extremistas por toda Europa. Su proyecto es abyecto, porque parten de la insolidaridad y de la explotación de terceros. Están reclamando el aberrante apoyo de los propios europeos a su modelo de exclusión. Quienes opten por esta vía, no solo firmarán un pacto con el diablo, estarán dinamitando las bases del contrato social de nuestras sociedades.



4/2/25

X CITY

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 04/01/2025. Página 5.  

“Un proyecto de ciudad”. Espetó la alcaldesa blandiendo la cartulina marcada: X City.

No lo pensaron bien quienes decidieron la elección del logo, en puridad, una cutre reutilización de algo que anda en danza por ahí. Pero la X…, la X es todo un mundo de sombras y pecado. La X es la promesa de una oscuridad, de secreto, de ignominia y depravación. La X augura maldad, corrupción, ocultamiento. La X convierte a Burgos en Sin City.

La presentación del proyecto X City ha sido obscena. Focos, brilli-brilli, verbosidad fatua y un impúdico cátering-ceba de los asistentes (¿quién paga esto?), para afirmar sin rubor que el proyecto de ciudad del Partido Popular de Burgos, no es otro que el centro. Nada más. La alcaldesa y su vice, proclamaron las bondades de una actuación de 60 millones de € completamente innecesarios que hipotecarán el presupuesto durante años para solaz de unos paseantes ajenos, extraños, en esa deriva ayusistahostelera del PP poco viajado que insiste en convertir nuestras ciudades en nódulos serviles del Madrid DF extractor. “Un proyecto de ciudad” que prima ganar unos absurdos minutos de circulación vial en una ciudad que se cruza de punta a punta en menos tiempo que canta un gallo, a costa de gastar, solo en el túnelgozo del vicealcalde, 20 millones de €.

Después de la crisis de las ONGs, esta gente no ha comprendido que una ciudad es, ante todo, la gestión de necesidades humanas, no disneylandias peatonales. Un proyecto de ciudad es la articulación de barrios, sus servicios, la ampliación de zonas verdes, de mejoras de accesos y aparcamientos, la solución de los problemas de servicios/instalaciones de salud, cuidado y desarrollo a los servicios municipales, cuidado de colectivos vulnerables, apoyo al comercio local, apuesta por la zonificación… Un proyecto de ciudad es la atención a los ciudadanos, hacer mejor su vida, más fácil, más agradable, más limpia, con más oportunidades, más segura…, por toda la ciudad, no solo en el centro. Ya está bien de darle siempre a los mismos. Una ciudad es, ante todo, una comunidad, no un parque temático, por mucho patrimonio que exista.

Políticamente, este Xproyecto no solo es irreal, es un suicidio. La ciudad está muy harta de tanta incompetencia y desgobierno. Tirar hacia delante con una amenaza de deuda millonaria y un desprecio al conjunto completo de barrios, parece de una ceguera e insensibilidad sorprendentes.



21/1/25

AVE, CAESAR

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 21/01/2025. Página 5. 

Una de las cosas más penosas de la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos es ver la alegría de ajenos ultras tipo Milei o Abascal creyéndose personajes, como si fueran parte de esa victoria. Y tal vez sea así.

El presidente Donald Trump se concibe a sí mismo imperial, pero no según la vieja tradición romana. Trump, el deportador, no va a conceder la ciudadanía ni va a integrar provincias romano-americanas por el mundo. Él busca generar un gran eje económico americano ─esa obsesión por comerse Canadá, por adquirir Groenlandia, por achuchar México, por quedarse el canal de Panamá─, y en segundo lugar, sostener ciertas marcas inevitables, caso de Israel, que siguen respondiendo a política doméstica. Otra cosa es eso que se ha denominado la penetración tecnofeudal, con la que, gracias a las grandes corporaciones de comunicación y alta tecnología, las Big Tech, una parte importante del funcionamiento económico y financiero mundial puede quedar a sus pies. De ahí el inquietante papel que puedan jugar esos ultrarricos ─aquejados, a su vez, del síndrome del emperador─ en ese alarmante nuevo entorno plutocrático: Elon Musk, Tim Cook, Mark Zuckerberg, Sundar Pichai, Jeff Bezos…, cualquiera de los cuales, como ya hemos visto, puede alterar con sus redes sociales las elecciones del país que deseen.

Y así, ¿a qué tanta alegría de nuestros ultras nacionales? ¿Por qué a Abascal es más fácil encontrarle en un aeropuerto de Florida que en el Congreso de los Diputados? La ultraderecha europea, tan patriota, tan nacionalista, se ha revelado títere de lobbies rusos y americanos. Los ultras andan haciendo caja con sus fundaciones privadas, mientras sobrevitalizan zonas de alto consumo mediante desregulación y desprotección social ─Modelo Maldad DF─, a cambio de desecar los entornos circundantes, que no pueden competir con los polos tractores de toda inversión, boicoteando su gobernabilidad, la atracción de emigrantes, etc. Lo llaman libertad, pero es juego sucio contra cualquier sentido de equidad, de apoyo a los territorios, de servicios sociales, de verdaderos derechos.

Abascal, como Milei, están felices con la llegada de Trump, porque les va a llenar los bolsillos mientras desestabilizan sus países al servicio del imperio plutocrático. Se esforzarán por convencernos de que cualquier iniciativa de nuestros gobiernos en la defensa de nuestra industria, de nuestras inversiones, de nuestra tecnología, es cosa del sanchismo… Porque los ultras, sépanlo, se han vendido al César extranjero. Sic transit gloria mundi.



7/1/25

CARBONES

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS. 07/01/2025. Página 5.  

 Hay individuos malos, psicópatas, pero son los menos. Existe, sin embargo, una maldad general que se cultiva, que aflora innecesaria cuando pudiendo hacer las cosas de otra manera, elige satisfactoriamente la vía del dolor a terceros. Es una maldad que se expresa en cantos y oprobios, en humillaciones y expulsiones, en políticas crueles, en degradar sin necesidad.

La maldad es un estado de conciencia. Normalmente, se es más malo con apoyo. Malo, malo, se es en grupo. Nada como el refuerzo de los demás, como la vigilancia, la competencia, el propio temor a quedarse atrás para aumentar, para elevar el tono, para exigirse uno ser más malo, para decir cosas peores, para gritar más, para delatar, para señalar, para hacer gala de odio puro. Para eso, por ejemplo, se apunta a las criaturas a las mocedades de maldad, para que se formen en gritar lemas, exhibir banderas, quemar muñecos y demás entrenamientos de ira social.

Los malólogos lo saben bien. Para mantener el estado de maldad, es muy importante generar ámbitos y signos que permeen, que hagan sentir cómoda y refugiada a la gente, reconocida,  en campo propio. Por ejemplo, una raya en el suelo. A este lado, los nuestros; allá, ellos. Sin tonterías éticas. Para nosotros, todo. Para ellos, nada. Lo importante: generar un lenguaje-código que sirva de reconocimiento y marcaje, que tanto celebre su exaltación del mal, como el ninguneo de todo lo desterrado. Por eso no importa la corrupción, ni los bulos, ni las falsedades mientras nos beneficien, mientras les perjudiquen. Así se corrompe todo, se malmeten las viejas maneras, se denuncia a inocentes, se articulan campañas construyendo un mundo de falsedades repetidas una y otra vez, así se levanta Maldad DF, un espacio en el que el sentido de impunidad es tal que la distorsión de realidad conlleva que, v. gr., en cabalgatas de reyes se insulte al presidente del gobierno a pleno pulmón.

La maldad es negar al otro la condición de igual, de sentir, de ser, de padecer, amar y necesitar. La maldad es una negativa a reconocernos en el orden biológico ajeno, en la maternidad y paternidad extraña, en el hambre, frío y miedo que impiden sentir seguridad y calma. La maldad es una voluntad de ser estúpido al cegarse ante el otro y preferir crudamente su llanto, su exterminio, su expulsión, su bombardeo. La maldad es ideológica, fanática, religiosa, fundamentalista, necia.