DIARIO DE BURGOS. 17/10/2023. Página 5.
Este fin de
semana se produjo un hecho poco habitual que devuelve la esperanza a muchos
lectores de prensa y a los amantes de la historia. El País, a través de
la Defensora del lector, rectificaba el contenido y valoraciones de una
entrevista hecha a José Ángel Mañas sobre su última novela, “Berenguela”. En la
susodicha pieza, el periodista describía a Mañas como historiador, dando valor
de historia a su ficción y a las declaraciones hechas durante la entrevista.
Mañas reconocía estar imbuido de un cierto ardor histórico a raíz de los hechos
catalanes de 2017. La contemplación de tanta bandera española en Madrid “[l]e
dio un gripazo identitario tremendo”, afirmaba. Y se arrancó con la novela
histórica.
El escritor
defendió férreamente la idea de Reconquista ─término más denostado que
discutido en la historiografía─, o que Covadonga es el origen de la nación
española, auténtica barbaridad aplicada a una batalla de dudosa historicidad y
más aún a los supuestos valores implícitos.
Acreditados medievalistas, estos sí historiadores, se dirigieron al periódico para
protestar por tales afirmaciones, así como que se hubiera calificado al fabulador
de historiador. Examinadas las explicaciones y argumentos, el periódico publicó
la mentada rectificación.
Por más que
algunos lo piensen, los historiadores no están para crear o sostener la nación,
para eso se bastan solos los nacionalistas, que, como bien dijo Ernest Gellner,
son los que hacen a las naciones y no al revés. En los últimos años, la derecha
ultra se ha embarcado en un proyecto de revisionismo histórico de la mano de
personajes atrabiliarios, de escasa o nula credibilidad profesional, pero que
cuenta con el apoyo de grandes grupos mediáticos. Desde una óptica mercantil,
podríamos pensar que estas pseudohistorias buscan explotar que hay mucho
nostálgico del franquismo al que le encanta que le enardezcan con imperios,
leyendas negras y colonialismos que-fueron-pero-no-existieron. Pero la cosa no
es así de simple. El revisionismo histórico es un asunto grave: una estrategia
de penetración cultural de la ultraderecha con el objetivo de ocultar y
manipular la realidad a través de la tergiversación de la historia. Buscan
controlar el pasado para hacerse con los mandos del presente.
La
rectificación de El País es de suma importancia para tomar conciencia de
los riesgos y reducir nuestra ingenuidad. La Historia es cosa de historiadores,
no de charlatanes. Ojo al parche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario