12/12/23

LA ULTRADERECHA JEHOVÁ

IGNACIO FERNÁNDEZ DE MATA
DIARIO DE BURGOS, 12/12/2022. Página 5.  

El esperpento diario de rezadores frente a la sede del PSOE es perfecta muestra de la confusión de nuestros tiempos y, particularmente, del impulso antidemocrático de la ultraderecha católica. Recuperando estrategias de finales del siglo XIX ─la santa intolerancia─, sectores ultras de la Iglesia prorrumpen lemas franquistas con Cristo Rey y la Virgen como grandes protagonistas nacionalcatólicos, para promover la desobediencia y la aberración del Gobierno legítimo de los españoles. Ya se sabe, Dios lo quiere, como en las cruzadas.

Son una minoría, seguramente, pero la relación Iglesia-Ultramontanismo es una vieja constatación histórica. No ha tanto lucharon contra el liberalismo progresista decimonónico, apoyaron el absolutismo carlista, se fajaron contra las culturas obreras y abrazaron la sublevación y dictadura franquista. La ultraderecha española actual es un fruto madurado en los movimientos provida católicos y en ciertas asociaciones de víctimas, todos muy muy próximos al PP. De hecho, Vox debe su existencia a estos grupúsculos exaltados, y es entre los monjes-soldados donde encuentra su mejor caladero de tecnócratas.

Hay un común denominador a todas las ultraderechas internacionales: su autorreconocimiento como fundamentalistas religiosos de base bíblica. Se acabaron las viejas guerras de credos en Occidente, hoy están a partir un piñón los ultras católicos con los ultras calvinistas, baptistas, pentecostalistas, presbiterianos, adventistas, mormones, ortodoxos…, y judíos. La financiación llega de Hungría, Rusia, Estados Unidos, México, Brasil, Australia, Israel… El dinero se mueve de un sitio a otro a través de fundaciones dedicadas a la familia o a la nación ─porque Dios piensa en nacional─, coaligando movimientos y políticas. A nadie le sorprende ya que grupos con clara connivencia neonazi, otros con inmediatos e históricos pasados antisemitas sean los mejores apoyos internacionales con los que cuenta el genocida Netanyahu. Es el Biblical Effect, pues al fin y a la postre, comparten la literalidad bíblica y, salvo para el caso de la industria armamentística, promueven el enfrentamiento entre la fe y la ciencia ─a favor de la primera, claro─.

Estos iluminados belicosos conciben la nación como único espacio político para los elegidos, lo que abre inmensas posibilidades para excluir a los que piensan diferente, a los ateos, izquierdistas, a los desviados, minorías étnicas, migrantes, pobres… A los palestinos.

No son buena gente rezando el rosario, se autoconciben guerreros en santa cruzada. Su propósito es acabar con la democracia, y ahí vamos todos. Abascal ya habla de linchamientos.



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